El desastre interno que ha resultado la designación, por supuestas encuestas, del candidato al gobierno de Coahuila deberá dejar muchas lecciones a Morena. Este caso debiera ser muy observado por los poblanos. Las disputas entre los propios militantes morenistas, a unos días del arranque oficial de las precampañas en aquel estado norteño, ha puesto en riesgo la unidad y, por supuesto, también el triunfo del partido del Presidente, en una contienda que se veía como “pan comido”.
Los sondeos los ganó, en el papel, el senador Armando Guadiana Tijerina, también empresario, casi un jeque, del carbón.
El legislador no era el aspirante favorito de Palacio Nacional.
Al menos es la impresión que siempre se dio.
Sin embargo, lejos de reconocer la definición del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y sumarse a su compañero de partido, el principal agraviado, el subsecretario de Seguridad federal, Ricardo Mejía Berdeja, se rebeló.
Desde el pasado martes, se desplegó una operación mediática para sembrar la idea de que se va del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
La narrativa amaga con que Mejía va a renunciar y será abanderado del PVEM o del PT o de los dos.
Incluso en sus redes, su esposa, Merlenne de Mejía (identificada así en su Facebook) literalmente les mentó la madre a los dirigentes nacionales morenistas.
El 9 de enero publicó:
“Buenos días paisanos ¿Cómo amanecieron? Qué bonito lunes ¿No les parece? Tan bonito que hasta dan ganas de mentarle la madre a Mario Delgado Carrillo (presidente del CEN) pero pues no tiene ni tantita…”
Con ese color y de ese tamaño están las cosas.
Al cierre de esta entrega de Garganta Profunda, medios estatales con credibilidad ya daban por hecho que Mejía renunciará a Morena y será abanderado del Partido Verde (PVEM) y del Partido del Trabajo (PT).
De ser así, la alianza lopezobradorista quedará rota y con ella pulverizada también la fuerza de la 4T coahuilense.
En el PRI, que gobierna todavía ese estado, será el encargado de designar candidato en la alianza con PAN y PRD.
¿Qué pasaría si un escenario análogo ocurre en Puebla?
En aquella entidad norteña, como en la nuestra, Morena se supone que es inalcanzable.
De acuerdo con los números de los sondeos, no hay ni partido ni alianza, en Puebla y en Coahuila, que le pueden ganar al lopezobradorismo.
Pero, ahora Coahuila se ha complicado.
Hay un alto riesgo de derrota.
Se tambalea una fuerza que se suponía “invencible”.
¿En Puebla puede ocurrir lo mismo?
Porque aquí también hay supuesto favorito.
Aunque en realidad es más una invención del propio interesado.
También hay un senador que, en el papel, tiene consigo la fuerza en tierra.
Y que también se supone está acostumbrado a la rebeldía.
Hay que observar con mucho cuidado lo que pasa en tierras coahuilenses.
Podría ser cómo mirar un espejo.