Aquellos que suponían que con el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina se acabaría el combate a la corrupción, que se detendrían los procesos judiciales que ya están en marcha o que, incluso, se liberaría a quienes ya están presos por delinquir, la respuesta llegó muy rápido y de forma muy contundente. Este lunes fue arrestado, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el ex director de Carreteras de Cuota Puebla (CCP), Rodolfo Chávez Escudero.
El funcionario que nombró el gobernador Miguel Barbosa también fue denunciado por él en mayo pasado.
Desde su conferencia mañanera, Barbosa lo sentenció y hoy se comprobó que fue más que una mera declaración.
Dijo, palabras más, palabras menos, que iría a la cárcel por su mala gestión en CCP, donde estuvo al frente menos de un año.
“Este sistema (de las Carreteras) parece que está maldito, porque los dos que nombré antes de Juan Carlos (el actual), nombré a dos pillos que robaban acá y que se van a ir a la cárcel, se los digo”, señaló Miguel Barbosa sobre Chávez Escudero, quien ahora está detenido, y sobre Armando Toxqui Quintero, su antecesor.
Rodolfo Chávez Escudero, ex regidor en Atlixco, entre 2014 y 2018, por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), fue arrestado al descender de un vuelo proveniente de Houston, Texas.
Apenas en octubre pasado se placeaba muy tranquilo, también muy impune y soberbio, por la F1 en la CDMX e incluso lo presumía en sus redes sociales.
Pero sus días en libertad terminaron.
Y el mensaje, me parece, debe quedar claro: el gobierno de Sergio Salomón Céspedes Peregrina seguirá con la cero tolerancia a la corrupción.
Nueve meses han pasado desde que el finado gobernador Miguel Barbosa adelantó que habría castigo a la corrupción, en este caso específico.
Lo hizo sobre este personaje, que ahora está preso, y sobre otros más.
La advertencia, en otros momentos, fue también sobre varias dependencias en las que habría denuncias, sospechas y pruebas de malos manejos.
No mediaron supuestas relaciones de cercanía.
En el tiempo en que estuvo al frente del Gobierno de Puebla, Barbosa Huerta tuvo como una de sus principales causas la honestidad.
Su administración fue reconocida en los primeros lugares de ésta, precisamente por acciones de cero tolerancia.
No hubo componendas.
No importó que fueran de casa o del mismo partido.
Del pasado o del presente.
De gobiernos anteriores o del suyo.
Hablar con él de algún “negocio“, o proponerle algún “bisne“, implicaba de inmediato consecuencias negativas para el atrevido o la atrevida.
El gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina lo ha repetido ya en varias ocasiones.
Se va a cumplir la ley.
En todos los casos.
Sin excepciones.
Muchos pudieran suponer que él, ahora como mandatario, podría haber podido ordenar el cese de varios casos.
El desvanecimiento de carpetas.
Algunos han comenzado a festinar, por adelantado y sin conocer el compromiso del actual gobernador con la ley, que se pudieran estar negociando incluso liberaciones.
No es así.
Que lo vean y lo escuchen bien.
Que nadie se confíe.
Que nadie se dé por exonerado, por anticipado.
Que nadie suponga que la impunidad está de regreso.
¿Ya quedó claro?