Para los ojos simplistas, las reuniones que este fin de semana sostuvo el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina con las dirigencias y los principales operadores estatales de Morena, PT y PVEM en Puebla podrían suponerse como un encuentro de cortesía, de principio de año. Sin embargo, este evidente cierre de filas con los partidos que conforman el bloque electoral lopezobradorista en el estado tiene muchos más significados y algunas advertencias: unidad, fortaleza y el refrendo de lealtad a un proyecto. Por cierto, fue en sábado, para que no termine el caso en falsa denuncia electorera.
Con habilidad, el mandatario poblano y su equipo propiciaron estos encuentros.
La demostración de cohesión era importante.
Ocurren luego del respaldo del gobierno federal, del Presidente de la República, el secretario de Gobernación y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Se da también tras dos semanas intensas de giras de trabajo por el estado.
Después, asimismo, de encuentros con la mayoría de los presidentes municipales.
El tema estrictamente político no podía, en esta dinámica y estrategia de Céspedes Peregrina, quedar soslayado.
Con el Partido del Trabajo (PT), la actual administración estatal heredó a Sergio una muy buena relación.
El PT siempre respaldó a Miguel Barbosa.
La secretaria de Bienestar, a pesar de diferencias y varias denuncias de presunta corrupción, se mantuvo en el cargo.
Lizeth Sánchez García pertenece a la cúpula nacional petistas y ha aparecido, desde 2013, consecutivamente en la boleta de la coalición lopezobradorista.
Fue además compañera del gobernador en la LIX Legislatura local.
En la reunión con el PT, según reportó el partido en sus redes sociales:
“El Comisionado Nacional del PT, Ernesto Villarreal, destacó que el mandatario (Céspedes Peregrina) es un hombre de valores y que cumple su palabra.
“Resaltó que, en elecciones pasadas, el distrito de Tepeaca (que ganó Sergio para convertirse en presidente del Congreso local) ha sido quienes han obtenido mayor votación petista”, le dijo.
En los encuentros, también como protagonista, estuvo el principal operador de tierra del barbosismo y hoy secretario de Gobernación estatal, Julio Huerta.
Con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) poblano también hubo señales y palabras.
La dirigencia estatal expresó su respaldo total a Sergio Céspedes, sin regateos.
Le pidieron continuar con la “visión social para el estado, que emprendió Miguel Barbosa en favor de los poblanos más desfavorecidos”.
El gobernador, en tanto, convocó a los verdes poblanos “a trabajar de manera conjunta por Puebla”.
El encuentro fue cálido, por la cercanía que ya tenía el ex presidente del Congreso de Puebla, con el presidente estatal del PVEM, Jaime Natale.
Además de legisladores, cuadros, la regidora Mariela Alarcón, estuvieron dirigentes municipales, como el de la capital, Ricardo Chavero.
Por cierto, al finalizar partieron Rosca de Reyes.
Con la dirigencia de Morena, con quien de sobra hay cercanía cotidiana, se reunió al principio de este ajetreado sábado el gobernador.
Fue en ese orden: Morena, PT y PVEM.
Las trincheras lopezobradoristas en Puebla.
Hubo abrazos, rosca, fotos.
Halagos y parabienes.
Pero el mensaje más importante aparece, para los ojos analíticos, entre líneas.