Un ataque directo con arma de fuego contra uno de los adultos, con antecedentes criminales, que esperaba en una de las filas de la vacunación anti Covid, complicó el arranque de la campaña para menores de 5 a 12 años de edad en Puebla capital. Sobre este hecho, que causó terror, hay datos por conocer, puntos por precisar y algunos buitres que exhibir, quienes buscaron politizar este terrible incidente, sin escrúpulos y con un falso reproche la inseguridad.
Sin que se pretenda minimizar el riesgo en que estuvieron las personas cercanas al hecho, hay que dejar muy claro que se trató de un ataque directo.
El contexto de este atentado que perpetraron dos hombres en motocicleta es, indudablemente, la delincuencia organizada.
Hubo, por este hecho, 4 heridos.
Dos son menores de edad.
Se dio la atención oportuna de paramédicos, en el lugar de los hechos, en el centro de salud de la colonia Francisco I. Madero.
Afortunadamente, todos están fuera de peligro.
La vacunación sigue.
No se detiene y se determinó cambiar la sede específicamente para quienes deben acudir ahí, por su zona domiciliaria.
Ahora será en los CESSAs de La Libertad y la junta auxiliar de Romero Vargas, mejor conocida como Puebla Nuevo, informó la Secretaría de Salud del estado.
Hay versiones de que el objetivo del atentado fue un delincuente, Fernando N., apodado La Zorra, quien ya había sido sentenciado por homicidio calificado, narcomenudeo y robo de vehículos.
Aparentemente, los dos fallidos sicarios iban por él.
Por supuesto, se investigan los antecedentes de este sujeto, quien también resultó herido.
En el nosocomio en donde está hospitalizado, hay vigilancia de la FGE y la Policía Municipal.
Tras este hecho violento, también se ha reforzado la seguridad en torno a los centros de vacunación.
Junto con todo lo lamentable de esta grave situación, todavía hay que soportar los desatinos políticos.
Lo mismo del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que desde el Partido Revolucionario Institucional (PRI), aparecieron buitres que buscan lucrar.
El primero, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) priísta, Alejandro Moreno Cárdenas, con un mensaje absurdo e incoherente.
El campechano, quien ha sido señalado por lavado de dinero y una larga estela de corrupciones, escribió en su cuenta de Twitter.
“¡Me niego a aceptar un México en el que se normalice la violencia! Ahora una balacera en un Centro de Salud de Puebla, en donde decenas de menores de edad acompañados de sus padres esperaban para ser vacunados contra el COVID”.
Alito, como le apodan, olvida que en el tema de seguridad pública hay una corresponsabilidad de los tres órdenes de gobierno.
Y en el municipio, el primer responsable en este caso, hay un gobierno emanado de una alianza en la que participó su partido.
El ayuntamiento capitalino, por cierto, tanto como el gobierno del estado y el federal, con la Guardia Nacional, respondió con prontitud.
Para cerrar con los reproches huecos, desde la comodidad y simpleza de quien nunca ha tenido que realizar una actividad de gobierno, Ignacio Mier Velazco, el coordinador de los diputados federales de Morena, salió a lanzar lamentos.
“Lamentable lo sucedido esta mañana en las inmediaciones del Centro de Salud de Puebla. Condeno estos hechos que atentan contra la vida de los que estaban ahí presentes. Confío en que las autoridades detengan al responsable de este terrible suceso. Mi solidaridad con las víctimas”.
Pero cuando en el municipio que gobierna su hijo, Nachito Mier Bañuelos, Tecamachalco, fueron ejecutados, por policías municipales, tres agentes de la Fiscalía General del Estado (FGE), Nacho papá no tuvo la misma reacción en redes.
Así es él.
Y solito se exhibe.
Sobre lo ocurrido, por supuesto habrá investigaciones.
Se castigará a los responsables.
Los buitres seguirán.
Pero, lo más importante, la vacunación a niños y niñas se mantiene tal como estaba previsto.