No se equivocan quienes, desde la oposición, han advertido que con la Reforma Político-Electoral que presentó este jueves el Presidente Andrés Manuel López Obrador, se busca afianzar la hegemonía de su régimen y avanzar hacia el Partido Único, como en los regímenes totalitarios.
Efectivamente, y no es una exageración, es una vuelta grave al pasado, más de 40 años, cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) era el único instituto que podía ganar las elecciones.
Hay muchas aristas para analizar, pero en esta entrega de Garganta Profunda quiero concentrarme en el tema de la representación legislativa, federal y local.
También en la desaparición que pretende la iniciativa presidencial de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLEs) y los tribunales estatales.
Esos temas atañen directamente el modelo electoral nacional y el local en Puebla y las otras 31 entidades.
Es impreciso decir que con la reforma que se presentó en la mañanera de Palacio Nacional se acaban los legisladores plurinominales.
No.
Es al contrario.
Plantea ciertamente una reducción de 500 a solamente 300 diputados federales.
Que el Senado de la República esté integrado ya no por 128 escaños, sino solamente 96. Tres por entidad.
Para los Congresos estatales, se propone que las legislaturas estén integradas por un mínimo de 15 representantes y un máximo de 45 diputadas y diputados locales.
Pero, mucho ojo, quiere que todos sean de representación proporcional.
Es decir, no se elegirán ya por distritos específicos, sino por entidad.
Con base en listas que presenten los partidos políticos.
Esto anula la elección uninominal y va todo a representación proporcional o plurinominal, como hoy lo conocemos.
En el apartado V de la exposición de motivos del documento que firma López Obrador, dice:
“En México, desde hace décadas, se cuestiona la legitimidad de las personas legisladoras en general, pero marcadamente de las plurinominales. En la presente iniciativa se propone un método de elección que busca mejorar la representación ciudadana depositada en las Cámaras del Congreso de la Unión con la reducción del número de sus integrantes y su elección mediante una sola lista por entidad federativa.
“La Cámara de Diputados quedaría conformada por 300 curules, es decir, se eliminarían 200. El Senado de la República quedaría integrado por 96 escaños, pasando de 128 a 96. Su elección será a través del sistema de listas por entidad federativa. La aplicación de este método daría como resultado la representación plural más amplia existente en la historia del país”.
Y agrega en otro apartado:
“Elegir a ambas cámaras del Congreso de la Unión mediante votación en cada una de las entidades federativas, con el uso del método de listas postuladas por los partidos y candidaturas independientes. Se trata del mecanismo de representación proporcional más plural que se haya propuesto en la historia del sistema político mexicano
(…)
“En los estados y municipios, los Congresos y los ayuntamientos se regirán por el mismo principio de listas postuladas en una sola demarcación que abarca la totalidad del territorio del estado o municipio respectivo”.
Pero nos quejábamos de los legisladores que llegan a sus curules y escaños sin merecerlo.
Sin hacer campaña.
Por sus relaciones de poder, familiares y hasta de concubinato.
Pues si pasa esta reforma, esa y solamente esa sería la forma de llegar al Congreso de la Unión o a los Legislativos de las entidades.
Se quita a los ciudadanos la facultad que tiene de mirar a los ojos a sus candidatos.
De seleccionar entre varios.
Cuando más, ahora votarán por partidos.
La rendición de cuentas ya no será con personas específicas.
Pierde mucho el ciudadano.
Luego está la desaparición del Instituto Nacional Electoral (INE), de los OPLEs y también de los tribunales estatales.
Una recomposición total de la organización, el arbitraje y la judicialización y de las elecciones.
Propone crear el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas.
Sus integrantes, así como del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que prevalece como único, serían electos.
Hay muchos más puntos que iremos desglosando, sobre las modificaciones a 18 artículos constitucionales que plantea.
Lo cierto es que es una reforma muy agresiva.
Regresiva también.
Morena y sus aliados no tienen la mayoría calificada.
Se ve imposible que los partidos de oposición les den los votos que requieren para aprobarla.
Hicieron bien los ciudadanos al no darle al Presidente la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.
Tampoco la obtuvo en el Senado, en el proceso de 2018.
Sí, hay un Pueblo Sabio.
Con mayúsculas.