Con el rechazo a la Reforma Eléctrica del Presidente de la República, para evitar que el oficialismo alcanzara la mayoría calificada (dos terceras partes de los votos), para modificar la Constitución, la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión resurgió como un efectivo contrapeso a los excesos de Andrés Manuel López Obrador.
Citando a algunos de los legisladores de oposición que participaron en el largo debate de este domingo:
El Poder Legislativo (en especial la Cámara Baja) terminó sus días, en este régimen, como la Oficialía de Partes del Poder Ejecutivo.
Participa y decide.
Se opone y propone.
Lamentablemente el papel históricamente de los diputados había sido de observadores y levantadedos.
Por eso también ha sido inédito el naufragio de la propuesta de López Obrador para modificar los artículos 25, 27 y 28 de la Carta Magna.
El Presidente pretendía dar demasiado poder a la Comisión Federal de Electricidad y limitar la participación del sector privado en la generación de electricidad.
De ahí su nombre de Ley Bartlett, por el ex gobernador poblano, ahora director de la CFE.
No está de más apuntar que la votación en el Palacio Legislativo de San Lázaro fue histórica.
Nunca antes se había rechazado una propuesta constitucional que llegara de la Presidencia de la República.
Ni en la Cámara de Diputados ni el Senado.
Este comportamiento de la oposición, que tiene los votos suficientes para ser dique de contención a las locuras presidenciales, abre la posibilidad de una verdadera separación de poderes.
Esa que, por cierto, tanto pidieron quienes hoy están en el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Los diputados poblanos votaron según sus filiaciones.
No hubo sorpresas.
Todos asistieron.
Morena (7 de Puebla), PT (4) y PVEM (2) aportaron 13 votos poblanos a favor de la Reforma lopezobradorista.
PAN (5) y PRI (2) siete en contra.
Aunque no son formalmente representantes de Puebla, pues llegaron por la vía plurinominal inscritos en otra circunscripción, el verdeecologista Juan Carlos Natale fue a favor, y el priísta Javier Casique en contra.
En la discusión, en las tres rondas que siguieron a los posicionamientos de los partidos, antes de la votación, participaron en contra las poblanas priísta Blanca Alcalá y la panista Genoveva Huerta.
A favor, habló en tribuna el morenista Alejandro Carvajal Hidalgo.
Hay frases de la maratónica sesión, que comenzó a las 15:00 horas y terminó en la madrugada -luego de una primera que fue sólo para publicidad del dictamen-, que definen la nueva relación entre poderes.
En la primera ronda de discusión, el coordinador de los priístas, Ignacio Moreira, advirtió, palabras más, palabras menos, que su partido está “dispuesto a sabotear esta y todas las demás propuestas”, que presenten Morena y López Obrador.
Denunció que el grupo parlamentario oficialista “no sabe buscar consensos”.
Efectivamente, de eso se trataba, de llegar a acuerdos.
No se trataba de repetir la aplanadora y el mayoriteo del que tanto se quejaron quienes hoy están en Morena.
Ahí también hay que apuntar el fallo de un poblano: Ignacio Mier Velazco, coordinador de la bancada de Morena, quien ayer fue vapuleado en redes y en críticas periodísticas.
Hay dique de la oposición.
Sólido.
Y un tema adicional: la alianza Va por México, de PRI, PAN y PRD, se consolidó más este domingo.
Con esta nueva ruta, vamos a 2024.