Ningún gobierno ha podido regular con éxito la prostitución que se ofrece en las calles del Centro Histórico de Puebla capital. Ni las administraciones de izquierda, ni las de derecha han sabido cómo enfrentar esta grave situación que no se puede disimular echándola debajo de la alfombra o escondiéndola debajo de la cama.
Se ha planteado, como si fuera la única solución, crear una zona de tolerancia.
Ocurre en muchas otras ciudades del país, dicen quienes defienden esa posibilidad.
En Zacatecas ha resultado un éxito, porque está alejada de la ciudad, a las afueras, y porque hay casetas de vigilancia y la policía está de fijo vigilando.
En el mismo estado de Puebla, para no ir muy lejos, la cabecera de Izúcar de Matamoros tiene una zona roja, como también se les llama, a la salida de la ciudad, rumbo a Morelos.
Sin embargo, ha habido crímenes, porque hay también bares y antros.
Quienes las rechazan, aseguran que es crear una Sodoma.
Una Gomorra.
Un territorio sin ley.
Hay quienes incluso han propuesto que esa zona roja en la ciudad de Puebla esté en el mismo Centro Histórico.
Eso es imposible.
Inviable.
Una locura completa.
No solamente por la falta de respeto a la ciudad y sus habitantes, sino porque hay comercios, escuelas, casas habitación y edificios de vivienda.
La convivencia con la vida cotidiana sería un caos.
De paso, hay que reprochar que al menos los últimos tres meses de la anterior y pésima administración de Claudia Rivera Vivanco, se permitió el ofrecimiento de servicios sexuales de manera desbordada.
En los alrededores de centro comercial, antes mercado, La Victoria.
En el corazón de Puebla capital.
Muy, muy cerca del Zócalo.
Tristemente, debemos decir que esa zona de tolerancia se dio realmente con el gobierno de Rivera Vivanco.
Fue además amplia.
Lamentable.
Este jueves, el Ayuntamiento que encabeza Eduardo Rivera Pérez dio un “no” irreversible, definitivo e innegociable a esa posibilidad que se manejó de la Zona de Tolerancia.
El secretario de Gobernación Municipal, Jorge Cruz Lepe, informó que ya comenzó a reunirse con los colectivos de personas en situación de prostitución.
La finalidad de hallar alternativas para que ejerzan sus actividades.
Pero es absoluto: No habrá Zona Roja en el Centro Histórico.
En este y otros temas, como los ambulantes, es correcto lo que está realizando el gobierno que recién entró hace 14 días.
Permitir los excesos y los errores que le heredaron sería la peor estrategia.
O suponer que se pueden eliminar poco a poco.
Aquí de tajo es no.
En problema es profundo.
Está en el tejido social.
Es difícil de atender.
Mientras todo esto ocurre, poner límites es lo correcto.
Puebla siempre debe estar primero.