Con muchas expectativas de los ciudadanos y con una agenda ambiciosa, para lograr beneficios, este viernes se instalará la Primera Mesa de Coordinación en Materia de Seguridad entre el gobierno del estado y el ayuntamiento de Puebla capital.
Miguel Barbosa Huerta y Eduardo Rivera Pérez se encontrarán, nuevamente, para intentar dar soluciones al eterno problema de inseguridad.
El tema es, además, por encima de cualquier otro, el que más preocupa a los poblanos y poblanas.
El gobernador y el alcalde lo han confirmado por separado en entrevistas.
Estarán sobre esa mesa también los temas de ambulantaje y prostitución en el Centro Histórico, temas abandonados y heredados por la morenista Claudia Rivera y su (des) gobierno.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de EstadÃstica y GeografÃa (Inegi), de octubre de este año, 7 de cada 10 (68.8 por ciento) habitantes del municipio de Puebla se sienten inseguros.
Es muchÃsimo.
Evidencia su gravedad.
Este es el tema más urgente, incluso por encima de la pandemia, para las y los poblanos.
De ahà que la reunión de este viernes sea tan importante.
Será también la primera ocasión que se busque una coordinación metropolitana en seguridad.
Porque lo que ocurre y se percibe en Puebla repercute en toda la zona conurbada.
Históricamente, ha sido muy difÃcil lograr este trabajo sincronizado y estructurado.
Las fallas y los intereses municipales y del estado han chocado en el pasado.
Incluso se ha contaminado por los asuntos polÃticos.
Hay que mirar atrás: cuando Eduardo Rivera Pérez fue por primera vez alcalde entre 2011 y 2014, tuvo que lidiar con el maltrato del difunto Rafael Moreno Valle.
El ex gobernador le quitó, por sus pistolas, el control de la policÃa.
Lalo era el funcionario responsable de los Ãndices de la delincuencia, a los ojos de sus gobernados, pero nada podÃa hacer para combatirla directamente.
Una total contradicción.
Las decisiones en la materia se dictaban en Casa Puebla, entonces.
Luego vinieron las diferencias entre el gobernador Miguel Barbosa y Claudia Rivera Vivanco.
Ella, por sus intereses polÃticos y partidistas, también por su conocidas ignorancia y soberbia, se negó a la coordinación.
Defendió a capa y espada a una señora llamada Lourdes Rosales, al frente de la SSC, por razones familiares y personales que no viene al caso comentar, pero que todo el cÃrculo rojo conoce.
El tema terminó, incluso, sin una solución satisfactoria, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Lo que ha pasado es que, durante décadas, por estas razones y otras, somos los ciudadanos quienes hemos pagado la creciente inseguridad.
Final y afortunadamente, este viernes por la mañana las dos autoridades se reunirán para comenzar a trazar la ruta a las soluciones.
Luego vendrá la ampliación de sus objetivos y acciones a toda la zona conurbada.
Es la sana cohabitación que se debe tener.
El juego que deben jugar gobernador y alcalde, por el bien de todos.