De manera muy dolorosa se nos estrellaron en el rostro a las poblanas y a los poblanos, este fin de semana, expresiones violentas de la crisis de valores que vivimos desde hace muchos años en el país y en el estado. De súbito, éstas vinieron a recordarnos que el combate a estos hechos abominables, que nos estremecen a todos, debe seguir siendo tarea cotidiana, principalmente desde los hogares.
El sábado fue hallado el cuerpo de Suri Saday Antonio García, de 18 años, quien fue asesinada en Tehuacán.
Sus restos, semidesnudos, tenían signos de violencia sexual.
No habrá impunidad, advirtió el gobernador Miguel Barbosa Huerta en su conferencia de este lunes.
La jovencita, estudiante de bachillerato, desapareció el viernes 8 de octubre, tras dejar su domicilio en la junta auxiliar de San Pablo Tepetzingo para dirigirse al CBTIS 229.
“Quiero decirles a todos los de la región de Tehuacán y a los familiares de esta niña asesinada, que pronto vamos a encontrar al responsable o a los responsables.
“Hemos hablado de este tema en la mesa de seguridad de hoy por la mañana y nos comprometemos a pronto encontrar a dar con ellos”, ofreció Barbosa sobre su paisana, como la reconoció con un énfasis de cariño.
Cuando se trata de menores que son agredidos, ya antes el gobernador ha expresado profunda indignación.
Son hechos que van mucho más allá del contexto de violencia e inseguridad que tienen todos los estados y que se vive en buena parte de los más de dos mil municipios del país.
Sin adelantar hipótesis, muchas veces los agresores de los menores están en su cercanía y en su cotidianidad.
Quienes están cerca del gobernador y su esposa aseguran que resultan temas muy dolorosos para ellos.
Lo son también para toda la sociedad.
De sobra está decir que son tragedias indescriptibles para los familiares.
Cuando las agresiones les ocurren a menores, todos nos sentimos especialmente vulnerables.
Hay rabia.
Hay miedo.
Nuestras fibras se tocan sensiblemente.
Es un tema de tejido social, de educación en el contexto familiar, indudablemente, además de un asunto de seguridad pública.
Pero no fue el único caso que nos estremeció de esta manera.
Este lunes, la policía rescató a un bebé que fue abandonado al interior de una camioneta en la Central de Abasto.
La alerta la dieron los comerciantes.
También el fin de semana, la pelea entre una pareja terminó en tragedia en la junta auxiliar de Metepec, del municipio de Atlixco.
Por una discusión por los hijos, aparentemente, dos jóvenes de alrededor de 30 años de edad terminaron a golpes.
Pero fue peor.
La tía de los niños intervino y fue ultimada a balazos.
La madre de los menores quedó herida.
El agresor escapó, para suicidarse tras una persecución de la policía.
Es la violencia que nos toca agresivamente a la puerta, llena de violencia, para llamarnos la atención.
Muy lamentablemente, ocurren hechos como estos cíclicamente en el tiempo.
Antes lo hemos alertado.
No solamente es un tema de seguridad pública.
Es un tema de valores.
De construcción de la sociedad, desde la célula misma que es la familia.
Ahí comienza también el combate a la violencia.