Los arranques de campañas por todo el estado de Puebla y, con especial énfasis, en la capital poblana, comenzaron como un viaje al pasado, con actos, recorridos, discursos y proclamas, que antes ya han demostrado su ineficiencia para llamar la atención de los ciudadanos, y que hoy, en plena pandemia, además dejan evidencia de que los políticos han sido incapaces de innovar.
Si así se percibieron en la forma, en el fondo fue todavía peor.
En lo que debió haber sido un fuerte inicio de la etapa proselitista directa con los ciudadanos, ninguna propuesta ganó su lugar en la agenda y en la memoria de poblanos y poblanas.
Este comienzo de las campañas del Proceso Electoral Local Concurrente 2020.2021, además estuvo aderezado por los tropiezos desde el propio arbitraje.
Por un retraso en la aprobación de las candidaturas y en la sesión, el Instituto Estatal Electoral (IEE) terminó por entorpecer el arranque del proselitismo.
La incertidumbre llevó a la cancelación de muchos actos.
En varios municipios, literalmente, se quedaron vestidos y alborotados.
Las cazuelas de mole, de barbacoa y de carnitas debieron esperar.
Incluso, nos contaba un candidato de la Sierra Norte, que tendría que esperar para matar el par de marranitos con el que al mediodía del martes pretendía arrancar su campaña, con una comilona.
Pero más allá de los tropiezos del IEE, prevaleció el criterio constitucional de que deben ser 30 días de campaña.
Sin embargo, todos por igual desaprovecharon sus arranques.
A pesar de la pandemia, repitieron la vieja receta de las reuniones atiborradas.
No salen de los mismos discursos todos y todas.
La matraca real o virtual siguen el siendo el eje del proselitismo.
No se innovó, a pesar de que los gurús de la consultoría, prevén que, con las nuevas tecnologías, 60 por ciento de la actividad se realizará virtualmente.
Los actos semi masivos, disfrazados de “prudentes”, fueron la constante.
Sin embargo, la realidad del país y del estado corren muy en paralelo a la percepción de los políticos.
La tragedia en la Ciudad de México, por el colapso de un tramo de la Línea 12 del Metro, fue lo que verdaderamente preocupó e indignó a los ciudadanos.
Las campañas pasaron sin importancia.
La riña entre ambulantes en el Centro de la capital poblana fue también más relevante para la atención de los medios y de los ciudadanos.
A 50 años de distancia, todos los políticos siguen haciendo campaña como en el echeverrismo.
Todas y todas, con tus fotos retocadas, sus sonrisas fingidas, son la reedición de Luis Echeverría Álvarez.
Pues que siguen las campañas.
Arriba y adelante.