“¿Qué estupidez es ésa?”

Arturo Luna Silva

De la oficina de Mario Marín en Casa Aguayo salió la orden directa de parar la cobarde conjura en contra de Rocío García Olmedo.

Cuentan que el Ejecutivo estaba que trinaba.

Fúrico”, según lo describe una fuente.

El gobernador llamó a Mario Montero.

El acuerdo no duró más de 15 minutos.

Llamar por teléfono a Othón (más “Tontón” que nunca) Bailleres fue lo primero que a continuación hizo el secretario de Gobernación.

Y palabras más, palabras menos, se entabló el siguiente diálogo, casi monólogo:

-¿Qué está pasando, presidente (de la Gran Comisión)? –preguntó Montero.

-Es que… es que… -titubeó el patético diputado priísta.

-Es que nada, dígame a quién se le ocurrió (presentar un documento planteando la remoción de Rocío García Olmedo como presidenta de la Comisión Inspectora del Órgano de Fiscalización Superior)…

-Es que me presionaron…

-¿Quién, presidente?

-Los diputados (que firmaron el oficio)… Me insistieron y me insistieron…

-Pero ¿qué estupidez es ésa? ¡¡¿Qué usted no es el líder (del tricolor en el Congreso)?!! ¡¿Qué usted no los controla?! –levantó la voz el secretario de Gobernación.

-Sí, pero…

-Pero nada, no procede, ¿está claro? –cerró Montero.

Y “Tontón”, con la cola entre las patas, regañado, humillado, exhibido como un verdadero inepto, tuvo que rectificar; en otras palabras: echar atrás lo que, de no intervenir Mario Marín, hubiese sido una de las peores y más grotescas conjuras que se recuerden en el Legislativo local.

Ayer por la tarde en Casa Aguayo todavía se preguntaban:

¿Quién dio la orden a quien está acostumbrado a pedir permiso hasta para mover una pierna?”.

¿Quién le dijo a “Tontón” que iniciara la vendetta?”.

¿Quién lo animó para lanzarse a la noche de los cuchillos largos?”.

¿Por qué?”.

(Y es que la teoría del “asesino” solitario aquí no´más no cuadra).

Mientras se encuentran las respuestas a tan importantes preguntas, la suerte de Bailleres está echada.

No pasará mucho tiempo antes de que él, vaya paradoja, sea destituido de la presidencia de la Gran Comisión.

Pero ahora sí, cuidando la forma –que siempre es fondo-.

El nombre de su relevo ya está decidido.

Humberto Aguilar Viveros.

No hay escapatoria.

***

Cuentan que uno de los diputados más indignados con la intentona de “Tontón” y sus aliados fue Enrique Marín Torres.

El hermano del gobernador fue incluso un actor clave para lograr parar a los legisladores que Luis Alberto Arriaga calificó –y muy bien- como “hampones” porque, efectivamente, actuaron como tales.

Más de una vez le dijo a “Tontón” que no, que la embestida contra García Olmedo era poco más que una imprudencia: un absurdo.

Que le saldría el tiro por la culata.

Y las palabras de Enrique fueron como las de un profeta.

***

Para leer en agosto:

Historia: Objetivo: La Luna, Dan Parry (Planeta). Hidalgo. Entre la virtud y el vicio, Eugenio Aguirre (Planeta). La Iglesia del silencio. De mártires y pederastas, Fernando M. González (Tusquets). Novela: La chica que soñaba con un cerillo y un galón de gasolina, Stieg Larsson (Destino). Periodismo: The war within. A secret White House history, Bob Woodward (Simon & Schuster). El titular, manual de titulación periodística, Antonio López Hidalgo (Alfaomega). Poesía: Soy la orilla de un vaso que corta, soy sangre, Charles Bukowski (Laberinto). Fotografía: ¿De quién se trata?, Antología, Henri Cartier-Bresson (Lunwerg). Coleccionismo: Star Wars, El Legado (Caleus Books). Ensayo: Anatomía de un instante, Javier Cercas (Mondadori). Empresas: La pelota no entra por azar. Ideas de management desde el mundo del futbol, Ferran Soriano (Aguilar).

gar_pro@hotmail.com

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