Ningún partido, cualquiera que sea su posición respecto de temas legislativamente muy espinosos, como el aborto y los matrimonios igualitarios, los quiere en su horizonte de campaña, ni en la proximidad de los tiempos electorales. Puebla no es la excepción.
Si se está a favor, se queda bien con un sector de la sociedad, pero se gana la animadversión de otro, posiblemente más numeroso.
Son asuntos que inevitablemente deben abordar los Congresos, pero siempre es mejor que sea en momentos de relativa calma, pues inevitablemente su análisis genera muchos debates que polarizan.
De ahí que en Puebla el ordenamiento que hizo la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al Congreso del estado, para que legisle en materia de las también llamadas bodas gay -definición popular, sin afán peyorativo en este texto- vaya a ser atendido antes de que termine este año.
A más tardar, el 15 de diciembre, con la conclusión del periodo ordinario de sesiones, se abordará la reforma que, en específico, es al Artículo 294 del Código Civil local.
Las razones son obvias.
En tiempos electorales siempre se atoran los acuerdos legislativos.
Que al fin de cuentas son acuerdos políticos.
Temas de este nivel de riesgo ante la opinión y reacción públicas, es mejor que se desahoguen antes de entrar de lleno a las campañas.
El titular de la Secretaría de Gobierno del ayuntamiento, René Sánchez Galindo, salió este martes a reñir sobre el caso.
Acusó al presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso local, Gabriel Biestro, de retrasar la adaptación del Código Civil estatal, en sintonía con la resolución de la Corte sobre el matrimonio y el concubinato igualitario.
El llamado del funcionario municipal se da porque, desde enero pasado, el Cabildo capitalino aprobó un exhorto a los presidentes auxiliares, para que permitan los matrimonios igualitarios.
Pero también está en el contexto de las causas que ha defendido la actual administración de Claudia Rivera.
Pero más allá de sus llamados, el asunto se desahogará, a más tardar, antes del 15 de diciembre.
No debe ahogarse en ansias.
Y sobre llamados, por supuesto el que sí merece atención completa es del Papa Francisco.
El Sumo Pontífice dijo claro y fuerte: “las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por eso”.
Ahora, vendrán las interpretaciones a gusto de cada quien.
A tono con cada causa.
El viejo axioma aquel del color del cristal con que se mira.