La vida de Yaz, la poblanita que fue víctima de maltrato a manos de sus padres y un tío, transmutados en monstruos, en su propia casa, convertida en un verdadero averno, pende en estas horas del frágil hilo de la esperanza y el esfuerzo de los médicos que intentan salvarle la vida.
Sin embargo, esto pudo haberse evitado.
Hay pruebas de que la consistente e inhumana tortura y posible agresión sexual contra la menor de siete años no se atendió a tiempo.
Como una agresión grave más está la presumible negligencia del Ministerio Público Investigador Especializado en Clínica de Atención y Prevención del Maltrato, adscrito a la Fiscalía General del Estado (FGE).
Desde el 17 abril de este 2020, en su primer ingreso al Hospital de La Margarita, que se prolongó por dos meses, dada la gravedad de sus heridas y su mala salud, se conocía su caso.
Fue evidente y también fue notificada la vulnerabilidad de la pequeña, las agresiones graves que sufría y hasta la posible violación, además de que se conocían los antecedentes sospechosos en la muerte de su hermana menor, de 3 años.
La otra pequeña falleció presuntamente por broncoaspiración.
Un cuadro asociado y que aparece con recurrencia en muchos casos de maltrato.
Pero a Yaz, como se le dice públicamente con cariño y preocupación, debió cuidársele mucho antes.
Todos los elementos estaban justificados para lanzar una alarma y rescatar a la niña del infausto trato en casa, de sus padres y, presumiblemente de un tío, quien la habría violado.
De acuerdo con la nota informativa del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), “la paciente femenina de siete años ingresó por primera vez al Hospital General de Zona (HGZ) Número 20 de ‘La Margarita’ del 16 de abril al 16 de junio”, describe el documento.
Regresaría más grave en menos de un mes.
“Las autoridades del nosocomio realizaron la primera notificación ante la Agencia del Ministerio Público Especializado, el 16 de abril. Esta acción permitió que se abriera una carpeta de investigación en la investigación (sic) de delitos de Violencia Intrafamiliar el 17 de abril”, agrega.
Desde entonces, tres meses antes de su siguiente ingreso formal al HGZ por heridas graves, Yaz debió ser protegida.
Pero no se hizo, por presumible negligencia.
“La paciente fue hospitalizada por segunda ocasión el 20 de agosto, y a causa de condición de salud se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP).
“El mismo día, se notificó por segunda vez al Ministerio Público investigador especializado en Clínica de Atención y Prevención del Maltrato, adscrito a la Fiscalía General del Estado de Puebla…”
Se siguieron, continúa el texto, todos los protocolos documentales y, hasta entonces, fue que la FGE actuó.
El 27 de agosto, cumplió órdenes de aprehensión en contra del padre y la madre.
Las investigaciones siguen y se busca también al tío, por violación equiparada.
En estas horas, Yatziri, cuyo caso ha estremecido al país, está intubada, con un pulmón colapsado y con huellas de violación.
“Mejor quiero morirme, ya no me curen. No quiero regresar con mis padres”, dijo a los doctores antes de ingresar a terapia intensiva y quedar sin conocimiento.
La pequeña hoy da la batalla por la vida.
¿Cuántas otras “Yaz” están hoy en un infierno similar y cuántas otras negligencias del MP se han escrito desde la oscuridad y el silencio?