Los días que se vienen y aun en medio de la pandemia, el senador morenista por Puebla Alejandro Armenta Mier enfrentará una especial encrucijada, que podría ser la envidia de cualquiera de sus compañeros de escaño y de partido.
Su nombre ha sido colocado con especial interés de su bancada, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), para presidir la Mesa Directiva del Senado de la República en el tercer año de la actual LXIV Legislatura.
Sólo antes un poblano ha tenido ese honor y alta responsabilidad: Miguel Barbosa Huerta.
El hoy gobernador fue presidente de ese órgano del Congreso de la Unión entre 2014 y 2015, en la LXII Legislatura.
Armenta, actualmente presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público, sin embargo, tiene en el horizonte más caminos que ése, aunque se trata de una posibilidad que se presenta una vez en la vida.
Y lo sabe.
De concretarse esa posibilidad, encabezaría los trabajos del Senado del 1 de septiembre de este 2020, al 31 de agosto de 2021.
Sin embargo, la cercanía de 2021, cuyo proceso electoral local comenzará a principios de noviembre, le presenta otro posible derrotero.
Es el mejor posicionado de Morena para la alcaldía capitalina, una batalla de alto riesgo para ese partido en Puebla.
Muchos lo quieren ver en la boleta.
Además, la caballada local no está flaca: lo que le sigue.
Y los que están anotados, quieren… pero quién sabe si pueden.
Fuentes del recinto de la Avenida Reforma en la Ciudad de México aseguran que Armenta tiene todo el respaldo de su coordinador, Ricardo Monreal, y de la bancada, para presidir la Cámara Alta, pero también hay pendientes en la Comisión de Hacienda.
Se viene la coyuntura fiscal anual.
El Senado es cámara de origen de la Ley de Ingresos de la Federación, que se presenta en septiembre y debe estar aprobada a finales de octubre.
También, aunque es facultad exclusiva de la Cámara Baja, su Comisión participa informalmente en la elaboración del Presupuesto de Egresos.
Dos consignas y esfuerzos tiene el poblano en esa materia, desde la Cuarta Transformación: conseguir lo que ha llamado la “justicias tributaria y distributiva”.
Un compromiso que, ha dicho, no quiere dejar a medias.
¡Qué disyuntivas se le presentan!
Un lugar de privilegio como presidente del Senado, al lado de Miguel Barbosa, en la vitrina de la historia poblana y de México.
Un año de mucha exposición mediática, poder, picaporte directo en Palacio Nacional y todo lo que viene con esa presidencia.
O ir a una competencia peligrosa, pero interesante como pocas.
O cumplir el compromiso.
La encrucijada es seria, porque además serias son esas posibilidades.
Son de esas decisiones que desvelan.