A pesar de sus muchas leyendas negras, de las indagatorias que obran en su contra, del sinnúmero de acusaciones y relatos sobre sus abusos al amparo de su otrora impune cacicazgo en la Sierra Norte de Puebla, los integrantes del clan Valencia intentan hoy presentarse como víctimas de un torcido plan político, orquestado desde el poder, para atajar su popularidad entre los ciudadanos. Al cotejo de una cadena de hechos comprobables a través de los años, resulta hoy inverosímil y descarado que la familia que ha sido vinculada con hechos delictivos relacionados con el robo de combustible y el narcotráfico, venga hoy a decirnos que en vez de indiciados son damnificados. Ver para creer.
Este jueves, con la asesoría del Partido Acción Nacional (PAN), la familia Valencia Ávila salió a “defenderse” en una conferencia virtual vía Facebook, de la supuesta campaña de desprestigio en su contra.
Sin ofrecer un solo argumento de la pulcritud que presumen sobre sus actos, vidas y propiedades, Marco Antonio Valencia Ávila, hermano de Vicente, alcalde de Venustiano Carranza, jugó al viejo esquema de voltear los papeles.
Con torpeza en su narrativa, amenazó a la administración estatal y al gobernador Miguel Barbosa Huerta, con demandarlos por daño moral.
Algo les duele mucho a los Valencia, que llevan ya cuatro periodos al hilo en al frente de ese ayuntamiento.
Se trata de algún comentario que se hizo sobre una foto reciente en la que integrantes de esta familia, que nacionalmente ha sido señalada por sus presuntos vínculos con el crimen organizado, departen con agentes de la Guardia Nacional.
En un monólogo muy alejado de una verdadera conferencia de prensa, aunque se invitó a los reporteros a hacer preguntas, Marco se quejó amargamente de la “persecución” contra su familia.
Se deslindó, sin pruebas, de hechos delictivos que han generado indagatorias incluso federales.
No aclaró sus vínculos con presuntos criminales de Veracruz, estado con el que Venustiano Carranza tiene colindancia.
Literalmente, se tiró al piso.
Presumió aceptación entre la gente de la región.
Pero no detalló.
Eludió.
Por supuesto, falta la versión de las autoridades.