“Los delincuentes no le tienen miedo al Coronavirus; están en la calle y nosotros también estamos buscándolos, ubicándolos y deteniéndolos”, fue la sentencia con que el gobernador Miguel Barbosa se refirió a la otra batalla que, en paralelo a la pandemia del Covid-19, se libra en Puebla. En acciones contundentes, en las últimas semanas, se ha detenido a muchos cabecillas de las bandas que operaban en completa impunidad desde hace años. La percepción al respecto de la seguridad en la capital ha mejorado en cifras recientemente. En tanto, el diagnóstico que la administración estatal ha hallado es grave: en los otros gobiernos se protegió a los delincuentes. Dos guerras se libran y para las dos se requiere la dureza que se ofreció este lunes desde Casa Aguayo.
Sin adornar los hechos, el mandatario poblano reconoció en su conferencia de prensa que ha disminuido la actividad delincuencial y ya no hay ejecuciones cruentas.
Ha habido un cambio en la percepción de seguridad pública, que ha quedado registrado.
En la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU) la percepción de inseguridad en Puebla capital alcanzó 86.8 por ciento.
Sin embargo, es una buena noticia, pues apenas en diciembre pasado la misma medición estuvo en 92.7 por ciento.
Esta batalla ha dejado un saldo positivo.
Han venido cayendo varios capos de las bandas criminales.
Los de la organización de “El Pelón”, “El Loco” Téllez, los narcomenudistas de “El Cachibombo”, las células de “El Masha”, “El Jabalí”, más cómplices de “El Grillo”, por citar algunos.
Todos en las últimas dos semanas.
Esas aprehensiones se suman a otras más que se realizaron en marzo.
¿Por qué no pasaba antes eso?
Por impunidad.
¿Quién la permitió o, peor aún, la fomentó y se benefició de ella?
La respuesta vino de Casa Aguayo y de voz de Barbosa:
“Nunca había habido un combate a la delincuencia como el que hoy tenemos… y no lo hubo, porque los otros gobiernos tenían a su personal de seguridad vinculado con las personas que delinquían”.
Las bandas eran protegidas de las propias autoridades.
Nunca detuvieron a nadie.
Siempre tuvieron acuerdos.
La Fiscalía General del Estado (FGR)“no hacía nada”.
Se repartieron el territorio.
Ahora sí.
Los responsables de la inestabilidad de 2018 también están presos.
En cada frase, entre líneas, hay nombres y personajes que deben estar preocupados.
Además, porque “habrá dureza en contra de la delincuencia”.
En esos dos campos hoy se libran guerras.
Y las dos son muy necesarias.