Es un comentario que amaga con alcanzar el estatus de dato duro. En círculos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en la Ciudad de México, lo mismo que en Puebla, se ve a Lucero Saldaña como la favorita para la presidencia del Comité Directivo Estatal, o de lo que queda del CDE. En medio de su peor carestía de militantes y votos, al priísmo poblano pareciera solamente poder unirlo, en alguna medida, la posibilidad de que la diputada federal llegue a la dirigencia. Con ella, se resuelve la disputa entre grupos, porque es tercera en discordia. La fortalecen su condición femenina, su experiencia legislativa y que actualmente tiene cargo y fuero; sus relaciones también le dan aval nacional. Suena pragmático al extremo, pero tiene una lógica impecable. La pregunta es inevitable: ¿quién ira con ella, un varón para secretario General, en la consabida “fórmula de unidad”?
Sin hacer tanto show, Saldaña salió a reconocer que sí va por el CDE.
Esperó primero a que varios pusieran su nombre sobre la mesa.
La mesa en la que deben estar.
Así evitó la chocante autopromoción, que ya en algunos casos tiene tintes de autodegradación.
Ahí está el caso del marinista Alberto Jiménez Merino, para ilustrarlo.
O del blanquista Juan de Dios Bravo, mejor conocido como “La Memela”.
Y es que hay señales que han comenzado a verse.
Pero no todos pueden leerlas.
Podría no ser una coincidencia que la presidencia temporal del CDE, que recayó en el delegado del Comité Ejecutivo Nacional (CDE), Américo Zúñiga Martínez, tiene 60 días, a partir del pasado 3 de febrero, para organizar el proceso de renovación estatal.
Así se definió desde la sede priísta en la Ciudad de México.
Es decir, un plazo que se completará casi en paralelo al término del actual periodo ordinario de sesiones de la Cámara de Diputados, que concluye el 30 de abril.
Unos días más, unos días menos.
Si Lucero Saldaña efectivamente va por la presidencia estatal, deberá solicitar licencia a su curul.
Es requisito estatutario.
Aunque sea temporal.
Y ya para esas fechas, será menos complicado dejar esa responsabilidad.
En realidad no se prevé que lo haga de manera definitiva.
Porque dejaría a Puebla sin uno de los únicos dos diputados federales priístas que tiene en la actual LXIV Legislatura.
El otro es el antorchista Eleusis Leónidas Córdova Morán.
Saldaña es diputada plurinominal por Puebla, pero su suplente, Iris Orihuela Pérez, representa al estado de Morelos.
Las dos por la Cuarta Circunscripción, de los estado del centro del país.
Su condición de legisladora en funciones, además le favorece.
La complementa.
No es lo mismo andar por la vida sin fuero ni poder de interlocución, por más dirigente partidista que se sea.
Algo igual definió hacer la dirigencia de la Confederación Nacional Campesina (CNC), en Puebla.
Nombró como presidenta de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del estado a una diputada local, Josefina García Hernández.
A pesar de todos los membretes que ya tiene ella, pues también es presidenta de la Comisión de Pueblos Indígenas y presidenta de la Mesa Directiva del al LX Legislatura local.
Pragmatismo seco y puro.
Así es el tricolor.
Así pareciera aplicar con Lucero Saldaña.
Lleva también la condición femenina.
Aglutina apoyos por su género.
Por su condición de ex senadora también tiene añejos apoyos nacionales, como el del ex candidato presidencial José Antonio Meade.
La duda es que, si va Saldaña, quién la acompañará en la “fórmula de unidad”, como le llaman los priístas a la designación directa.
Debe ser un hombre.
Para que ejerza, en paridad de género, la Secretaría General.
La tarde de este martes, ya quien debería ser llamado, estuvo en el edificio de la Avenida Insurgentes Norte en la capital del país.
Esa fórmula, aseguran, la completará alguien muy joven.
Que como Saldaña, antes ya ha tenido un cargo de representación popular local.
Y no fue legislativo.
(Por cierto, uno de los ex alcaldes que lo apoya, este martes en Nueva York estuvo sentado codo con coco con el presidente del CEN priísta, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, en una reunión con migrantes).
Dicen que por ahí va el tema.
Póngale usted nombre.
Podría ser el próximo secretario General del CDE.
Opciones solamente habría una.