A poco más de tres meses del gobierno barbosista, hay voces que ven con escepticismo el “todo nuevo” que ofreció, desde el día de su protesta al cargo, el gobernador Miguel Barbosa Huerta. Hay cierta desesperación por ver cambios radicales, pero estos van a llegar y la renovación se cumplirá puntualmente, a más tardar en enero próximo. El “cómo” ocurrirá ha estado siempre a la vista, en la reforma de cirugía mayor que se realizó a la Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado de Puebla. Ya se han venido dando cambios: despidos escalonados, con todo cuidado en el respeto a los derechos de los trabajadores, y las contrataciones han sido escasas. Con el nuevo Presupuesto 2020 también vendrá la retabulación de salarios. La reconfiguración administrativa avanza firme.
Cuando el mandatario poblano se refería, previo a su aprobación en el Congreso local, a la renovada legislación administrativa, la describía como “una nueva Ley”.
Y efectivamente, con la norma que se avaló, la nueva estructura, funciones y creación de secretarías -ahora son 17- es un borrón y organigramas nuevos, en el gobierno del estado.
Desde esa perspectiva, el Ejecutivo local quedó facultado completamente para el rediseño total del andamiaje gubernamental.
Sí, el “todo nuevo” no fue una exageración.
Se contrató también, cumpliendo todos los requisitos, una empresa que está arrastrando el lápiz para este plan.
La intención es evitar los conflictos laborales y administrativos que se han dado en otras entidades.
Incluso, el ejemplo más reciente y grave, en el cambio de esquemas en el gobierno federal.
La intención fue prevenir esos errores.
Los que suele ocurrir, en todos lados, cuando hay cambio de régimen.
Aquí las cosas han venido dándose con cautela y paulatinamente.
Puede criticarse o considerarse lento el proceso.
Se puede reprochar que todavía haya incrustados muchos personajes de otras administraciones en el nuevo gobierno.
Pero el paso es firme.
También, una vez que la Cámara de Diputados apruebe el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el Ejercicio Fiscal 2020, vendrá el turno del Legislativo local para la Ley de Egresos de Puebla.
Entonces, el dinero se distribuirá en concordancia con un nuevo andamiaje administrativo.
Por fin las nuevas secretarías tendrán presupuestos propios.
Habrá ajustes a la baja en los salarios de lo que se llamó la burocracia dorada.
El “todo nuevo” llegará.
Es tema de calendario y paciencia.
LASTIRI Y SUS BUENOS MUCHACHOS
El ex subsecretario de la Sedatu y la Sedesol, el poblano Juan Carlos Lastiri Quirós, es sin duda un hombre muy afortunado.
Muy lejos de las especulaciones enredadas y las “versiones periodísticas” torcidas, la realidad es que el priísta sí fue secuestrado y, gracias a su buena suerte y a la agilidad con que sus amigos, los de verdad, consiguieron efectivo para pagar el rescate, es que ahora está a salvo y con su familia.
Con el sigilo que ameritó la emergencia, un grupo de familiares y sus más cercanos amigos, algunos que también en el pasado fueron sus compañeros de proyecto político, reunieron la cifra.
La mayoría echó mano de su patrimonio y consiguió dinero -cash- al dejar en garantía autos, terrenos, casas.
Reza el dicho popular que “más vale tener amigos que dinero”.
Lastiri tuvo los dos.
Y rápido, lo que sin duda marcó la diferencia entre vivir o morir.