Aunado a la estabilidad que consiguió darle a Puebla, en tiempos verdaderamente trágicos y convulsos, el gobernador Guillermo Pacheco Pulido le imprimió orden a la administración pública estatal y ha podido realizar en apenas seis meses un importante programa de obras, por más de mil 303 millones de pesos, aunque la mayoría será terminada e inaugurada por Miguel Barbosa. El priísta, de quien todos reconocían que en su carrera solamente le había faltado rendir protesta como titular del poder Ejecutivo, se había ya jubilado de la vida pública cuando el Congreso lo nombró casi por unanimidad como interino. Don Guillermo, quien pronto regresará a la rutina del Parque España, de la lectura y escritura y de los desayunos con sus verdaderos amigos, no sólo no eludió el reto, el reto de su vida, sino que despresurizó, hizo política-política, no se metió en problemas, escogió buenos colaboradores y, sin sobresaltos, se puso a trabajar, y ahora deja un legado político y social, pero también material, que debe ser valorado en su justa dimensión. Así llegará a su fin su muy breve, pero fructífera era.
Los 191 días del gobierno interino, entre el 21 de enero al 31 de julio de este 2019, tendrá 28 logros concretos en infraestructura.
Para este rubro se invirtieron mil 303.31 millones de pesos.
También dejará 11 obras programadas, que ejecutará la próxima administración, entre agosto y diciembre, por 800 millones de pesos, un buen impulso inicial para la administración de Miguel Barbosa que arrancará el 1 de agosto.
Entre las que realizó o están en avance, en el gobierno de Pacheco Pulido, hay 6 emblemáticas; una que consistió en las Rutas del Volcán, en 9 licitaciones; una más la Apertura de pasos, en 3 licitaciones; 6 carreteras y caminos; una complementaria y 2 adicionales.
Las cifras son del corte al 5 de julio de la Secretaría de Infraestructura, Movilidad y Transportes, que encabezó Antonio Peniche García, uno de los mejores secretarios del gobierno pachequista, junto con el titular de Finanzas y Administración, Jorge Estefan Chidiac.
A diferencia de otras administraciones, en este breve periodo hubo equilibrio entre obras realizadas en el interior del estado y en la capital.
Entre ellas destacan, por mencionar algunas, la Reconstrucción con concreto hidráulico de la Troncal del Periférico Ecológico del Distribuidor Vial Atlixcáyotl a la calle Ignacio Zaragoza, en Puebla capital y el municipio de San Andrés Cholula, que benefició también a las comunidades de San Bernardino Tlaxcalancingo y Lomas de Santa Catarina.
La asignación fue de 300 millones de pesos.
Fue atendido de manera prioritaria un pendiente añejo que se había descuidado o estaba poco atendido: la Reconstrucción de 2 Carreteras y Rehabilitación de 14 Caminos en 9 Rutas de Evacuación del Volcán Popocatépetl, en varios municipios. Hace unos días, incluso, estuvo aquí el director general de Protección Civil del gobierno federal, Óscar Zepeda Ramos, quien reconoció que Puebla es el único estado que ha rehabilitado dichas rutas y el único que hizo un simulacro real, por lo que el estado sí está preparado para una contingencia volcánica.
En la Sierra Norte se trabajó en la Carretera Hueytamalco-Ayotoxco-Tenampulco, del kilómetro 0+000 al kilómetro 43+000.
Asimismo, en la construcción del de 35 kilómetros de la Carretera Interserrana, de Zacatlán–La Cumbre, tramo Zapotilán-La Cumbre.
Entre otras, en la capital se realizaron -o están en proceso- varias más: la Construcción de Paso Inferior en la Calzada Zavaleta; construcción de Rotondas y Rehabilitación de calles en la colonia La Paz; la Remodelación de la Intersección de la Avenida del Niño Poblano y el Bulevar Atlixco, la rehabilitación del alumbrado público del Periférico, entre otras.
En otras entidades y en otros momentos, incluso menos complicados, los gobiernos interinos en turno han preferido agotar el tiempo para el que fueron designados, sin hacer y sin deshacer.
Nadan, como se dice, de “a muertito”.
Hay que reconocer en Guillermo Pacheco Pulido, quien el próximo día 15 rendirá ante el Congreso su único informe de gobierno, la energía, la mesura y el compromiso que, con su primer equipo, le imprimió a los 191 días que habrá estado al frente de la administración estatal, cuando el 1 de agosto entregue la estafeta al morenista Miguel Barbosa.
La vida, a sus 85 años, en medio de una Puebla polarizada y explosiva, le dio una oportunidad inesperada y generosa.
Y él no la desperdició ni un minuto.