Sin pudor y a toda prisa, muchos de los 80 alcaldes poblanos que alcanzaron a ganar por el PRI, en medio del cataclismo del 1 de julio, se han ido sumando, de facto o soterradamente, a MORENA en busca de cobijo presupuestal y político y sin muchas más opciones, ante la incertidumbre por el conflicto postelectoral. Llama especialmente la atención que algunos de ellos y ellas, principalmente de la Región Mixteca, fueron personajes insignia del priísmo en su época de esplendor y representaron, más para mal que para bien, los “ideales” del tricolor, que hoy han cambiado para rogar por un rinconcito cercano a la Cuarta Transformación.
Desde antes que rindieran protesta, el pasado 15 de octubre, presidentes municipales comenzaron a solicitar citas con los líderes del lopezobradorismo poblano.
El más solicitado, por su pasado en el Revolucionario Institucional (PRI), en donde fue reconocido y bienquerido, es el senador del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), Alejandro Armenta Mier.
Un día sí y el otro también, alcaldes y alcaldesas de su partido y otros, pero con especial insistencia los del tricolor, se reúnen con él y le solicitan gestiones y favores al también presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara Alta.
Además, la ascendencia y cercanía morales de Armenta con la mayoría de los diputados federales poblanos lo convierte en el puente ideal y natural con el lopezobradorismo.
También hay quienes se han acercado al próximo superdelegado lopezobradorista, Rodrigo Abdala Dartigues, para ofrecerle lealtad y trabajo conjunto.
Otros tantos han buscado en los operadores morenistas, sobra decir que todos ex priístas, los acercamientos y realizan reuniones cotidianas con los emisarios lopezobradoristas.
En esta fuga apresurada de los alcaldes y alcaldesas tricolores a MORENA también llama la atención que, por prudencia, recato o ausencia de invitación, muy pocos se ha acercado directa y públicamente al candidato a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa Huerta, y prefieren las vías legislativas para reportarse como soldados de la Cuarta Transformación en el estado.
Una muestra muy simbólica de la entrega de los alcaldes priístas al morenismo se dio este 15 de noviembre con la “reunión de trabajo” de varios de ellos con Alejandro Armenta en la sede del Senado.
Pero muy específicamente el orgullo que demostró el todavía militante tricolor Filadelfo Vergara Tapia, alcalde de Petlalcingo.
En el Facebook oficial de su administración, compartió fotos con todo y marco, quien es uno de los personajes más reconocidos en el estado y el país, por ser ahora cabeza de la familia de caciques que había gobernado esa demarcación de la Mixteca ininterrumpidamente por 12 años, cuatro trienios.
De no ser por la debacle priísta en el proceso local de 2013, hubieran llegado a cinco administraciones al hilo, pero ahora regresan con la segunda vez que Filadelfo está en la alcaldía que antes han ocupado alternadamente sus hermanos Jorge -quien fue asesinado por una disputa con quien fue su cuñado, durante el primer ejercicio-, Juan Carlos e Isabel.
El paradigma más actual del caciquismo mexicano. Toda una postal costumbrista.
El logo oficial de este trienio en Petlalcingo, por cierto, incluye el verde característico del PRI, pero también deja ver tonalidades morenistas.
En la lista de quienes son vistos como “traidores” en el PRI y como “héroes” o al menos “políticos provincianos pero pragmáticos” en MORENA, están también Rebelino Alejandro Herrera Martínez, presidente de Guadalupe Santa Ana, cuya familia ha acaparado por más de una década las decisiones en el PRI y en el municipio, del que también fue alcalde, entre 2008 y 2011, su padre Francisco Othón Herrera Lucero.
Y sigue el listado de los desertores del viejo régimen: Teresa Flores Acevedo, de Chigmecatitlán; Rosalba Iselt Merino Flores, de Zacapala; Juan Domínguez Espinosa, de Chiautla; Fidel Rojas Quintana, de Jolalpan, quien le prendió veladora a dos santos, pues también ha buscado el apoyo del diputado local aliancista, Gerardo Islas Maldonado.
Están también en la lista del transfugismo Eloina Celis Téllez, de Tlanepantla, y Margarito Bolaños del Rosario, de Xochitlán de Todos Santos.
Este último, en el colmo del descaro, el pasado 12 de octubre y antes de rendir protesta le organizó un fiestón a Luis Miguel Barbosa, que bautizó como “reunión de trabajo”.
También estuvieron ahí la senadora Nancy de la Sierra y su marido, el diputado local José Juan Espinosa, además de otros presidentes de la región de Tecamachalco y la Mixteca.
Los elogios de Margarito a la Cuarta Transformación fueron, por supuesto, desmedidos.
Esta es la lista preliminar que crece cada día.
Los alcaldes también están en fuga.
Y se prevé que será masiva.