La lengua suelta y la dolosa tergiversación de datos tienen consecuencias severas, incluso si se hacen al calor de los tiempos electorales. La acusación que emitió el alcalde con licencia de San Pedro Cholula, integrante del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) y aspirante a la diputación local por el Distrito 10, José Juan Espinosa Torres, de que el ex candidato del Partido Nueva Alianza (Panal) a la gubernatura, José Alejandro Romero Carreto, recibió 88.5 millones de pesos como “pago” por su declinación a favor de la candidata de Por Puebla al Frente, llevarán al llamado Camaleón a rendir cuentas ante tribunales, en un proceso por daño moral y perjuicios generados contra éste y la empresa VSB Customs Services, a la que involucró en una inconsistente imputación.
En su hambre por demostrar “oscuridad” en el apoyo del panalista a Martha Érika Alonso Hidalgo, el lopezobradorista acusó de triangulación y lavar dinero de origen público a Romero y a esta empresa, sin tener datos duros y menos pruebas.
En sus presunciones soltó la lengua de doble filo y dijo que VSB (Vida Salud y Bienestar) es una empresa “fantasma”, que se creó ex profeso para desviar recursos y que son socios el mismo José Alejandro Romero y Óscar Alberto Hidalgo Forcelledo, familiar de la candidata panista.
El dolo del José Juan El Camaleón Espinosa salta a la vista cuando se revisa que esta empresa fue creada en 2010 -antes del arribo del morenovallismo-, con la meta de abatir la muerte materna e infantil en el sector salud.
Se trata de un proyecto que fue desarrollado por la familia Ruiz, de los Laboratorios Ruiz.
Sus instalaciones están ubicadas 10 sur 3715, Piso 3, Colonia Anzures, Puebla, Puebla.
Sus primeras licitaciones las ganó VSB (Vida Salud y Bienestar) en el año 2013 y siempre sus contratos públicos se han obtenido por esa vía, no por asignación directa, que es regulada por un marco jurídico específico.
En 2013, ganó la licitación pública nacional presencial SSEP-LPN-056/2013, para atender emergencias obstétricas para los servicios de salud estatales.
Luego, en 2014, obtuvo la licitación pública nacional presencial SSEP-LPN-102/2014 para atender emergencias obstétricas y quirúrgicas.
En 2017, ganó la licitación pública nacional GESFAL-089-587/2017 referente al servicio de atención ginecológica, obstétrica, quirúrgica y pediátrica (GIOBQUIPED), para los servicios de salud del estado de Puebla.
VSB tiene a disposición más de 180 expertos en el área médica, los que colaboran desde hace más de 5 años, prestando servicios médicos en nuestra entidad.
Cuenta, de acuerdo con la información pública que no consultó José Juan Espinosa Torres, con un certificado ISO 9000 que “le exige durante la contratación de su personal garantizar médicos que cumplan con los más altos estándares requeridos”.
VSBCustoms Services realizó en los años 2015, 2016, 2017 más de 21 mil procedimientos en atención a las madres y niños del estado y tiene los expedientes que lo acreditan.
Sobre la participación en la empresa, efectivamente Romero Carreto es socio, pero apenas con 10 por ciento de las acciones, que se le otorgó en 2014 por acuerdo compensatorio, como pago por la prestación de servicios profesionales en asesoría jurídica y notarial.
El panalista no tiene voz ni voto en su organización administrativa y financiera.
En tanto, Óscar Alberto Hidalgo Forcelledo ingresó a VSB en 2014, como accionista con una participación de 20 por ciento.
Un caso con analogías a la inversa con este que ha desatado el camaléonico J. J. se registró en la contienda de 2012.
En ese año electoral, el senador Javier Lozano Alarcón alegó ante tribunales daño moral por parte del morenista Manuel Bartlett Díaz, lo que dio como resultado la demanda que finalmente perdió el ex panista.
Por ese litigio que duró más de cuatro año, Lozano está pagando al ex gobernador poblano y consejero de Andrés Manuel López Obrador, la cantidad de 10 millones de pesos.
Ahora, los actores son otros y las consecuencias podrían ser directamente inversas.
“Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, por las tuyas a remojar”, reza el dicho popular.
En algo debería estar poniendo atención hoy el llamado J. J.