Todavía desde sus marcas de salida, con seis meses por delante hasta la fecha de la votación, las tres principales opciones de alianzas que encabezan el Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) y los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) están prácticamente en empate técnico, con lo que se perfila que, con candidatos ya definidos, la contienda presidencial de 2018 arrancará como una batalla de tercios, en la que cualquiera podría ganar. Cualquiera. Así se prevé, de acuerdo con la más reciente encuesta que Consulta Mitofsky realizó para el diario El Economista y en la que por primera vez se advierte que los otros aspirantes comienzan a pisarle los talones a Andrés Manuel López Obrador.
Los números publicados este guadalupano 12 de diciembre deberían estar encendiendo los focos rojos en el cuartel del tabasqueño, pues por primera vez se evidencia frágil su ventaja.
El mismo escenario de los partidos y coaliciones se refleja en los precandidatos.
López Obrador cierra el año 2017 todavía a la cabeza, pero apenas con 23 por ciento.
Lo sigue muy de cerca el panista Ricardo Anaya Cortés, con 20 por ciento y, en un tercer lugar, el abanderado priísta José Antonio Meade Kuribreña con 19.4 por ciento (Por cierto, este sábado el ex secretario de Hacienda estará en Puebla en el inicio de su precampaña, lo que da una idea de lo prioritario que resulta este estado para el PRI en su diseño estratégico electoral de 2018).
El tema se muestra especialmente interesante, cuando se atienden las preferencias por regiones.
En el centro del país, en donde está ubicado el estado de Puebla, la alianza que conforman MORENA y PT es líder indiscutible con 25.9 por ciento, por encima de su propio promedio nacional de 22.6 por ciento.
Sin embargo, la experiencia nos ha mostrado que ese potencial de votos no se transfiere en automático a los candidatos locales, legisladores y alcaldes, de la misma opción.
Los votantes en Puebla para el contexto local, fuera de la votación presidencial, suelen emitir sufragios diferenciados.
El ejemplo más inmediato está en 2012, cuando López Obrador consiguió el triunfo en la presidencial en el estado, pero no hubo correspondencia con las posiciones estatales.
El tabasqueño no pudo arrastrar hacia la victoria a sus candidatos poblanos del entonces Frente Amplio Progresista (PRD, PT y Movimiento Ciudadano).
Es en el sureste mexicano en donde la alianza lopezobradorista tiene su mayor bastión, pues ahí llega hasta 31.2 por ciento de las preferencias.
Y precisamente al atender las posibilidades regionalizadas, paradójicamente en el norte el PRI tiene la ventaja con 29.6 por ciento, muy por encima de su promedio nacional de 21.4 por ciento.
En tanto, es en el occidente, en donde se encuentra el Bajío, zona de añeja tradición panista, que la alianza Por México al Frente lleva la delantera, con un potencial en las preferencias de 35.6 por ciento.
También en el análisis por regiones, la elección se advierte en tercios.
INDEPENDIENTES, SIN OPORTUNIDAD
Los candidatos independientes que podrían aparecer en la boleta para el próximo 1 de julio, de conseguir las firmas necesarias, de acuerdo con la medición resultarían un factor que reste a las tres opciones más fuertes, pero sin posibilidades de triunfo.
La ex panista Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón, tiene 5.4 por ciento de las preferencias, en tanto que el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez El Bronco, se ubica en 3.8 por ciento.
Lo revelador de este estudio de Consulta Mitofsky es que la fuerza de MORENA parecería que viene a la baja. O al menos que AMLO ya llegó a su tope y no crecerá más de aquí al día de la elección.
Con candidatos ya definidos, López Obrador, Anaya y Meade, pareciera que el próximo año habría salida pareja en busca de Los Pinos.
Los números, sin duda, generarán sonrisas en algunos y una amarga Navidad en otros.
Ya solamente faltan seis meses.
Pareciera que todo podría pasar.
Y todo es todo.