A cinco meses de la desaparición de Sarahí Ávila Arellano, organizaciones y familiares de la joven de 26 años de edad reclamaron la inacción de las autoridades judiciales para detener al esposo, Rodolfo Celio Gutiérrez, principal sospechoso  en el caso.

Sarahí desapareció la madrugada del 3 de agosto de 2017 cuando fue vista por última vez en la colonia Prados Agua Azul de la ciudad de Puebla, donde bajó “por voluntad propia” del automóvil de su cónyuge, tras discutir fuertemente.

Esta es la versión ofrecida por Celio Gutiérrez a la Fiscalía General del Estado, al declarar que prosiguió su marcha en el auto, donde también viajaba su hijo de dos años de edad, sin conocer el rumbo o destino de su esposa.

Esta declaración ha impedido toda investigación contra el esposo de Sarahí, “aunque existen todos los elementos para proceder”, se quejan los familiares de la joven madre, al tiempo de señalar que la Fiscalía “no ha movido un dedo”.

También critican el silencio de “algunos medios de comunicación que ni siquiera han mencionado la desaparición” de Ávila Arellano, a quien dedicaron videos y distintas publicaciones en un perfil de Facebook elaborado para su búsqueda.