Orlando Xolalpa Sánchez, “El Chivo”, acusado por el Comisionado Nacional de Seguridad de participar en la agresión contra cuatro integrantes de una familia en la autopista México-Puebla, exigió una disculpa pública por parte de las autoridades, tras su liberación por falta de pruebas.

Apoyado por la Red de Defensa de los Derechos Humanos, Xolalpa Sánchez denunció que la Policía Federal le sembró pruebas, como un arma, para involucrarlo en la muerte de un bebé de tres años y el ataque sexual en contra de dos mujeres el pasado 2 de mayo, a la altura de Santa María Moyotzingo.

Ante los medios de comunicación, Orlando Xolalpa afirmó que el apodo de “El Chivo” se lo pusieron los propios policías federales durante su captura, en la que fue brutalmente golpeado y torturado psicológicamente, al grado de ofrecerle terminar con su sufrimiento con un disparo en la cabeza.

“Yo no llevaba arma, no lleva ni mochila. Me subieron a un carro particular; de ahí me pasaron a una combi; no dejaban de golpearme en todo el camino. Decían que me iban a matar”.

Aseguró que siempre se ha dedicado a labores del campo, no terminó la educación primaria y ahora padece las secuelas de una difamación. “Yo no tengo enemigos. Yo no sé por qué me usaron y me hicieron lo que me hicieron. Fue injusto todo esto”.

Sobre su relación familiar con presuntos delincuentes, Orlando Xolalpa dijo que solamente podía hablar por su persona:

“Mi hermano está preso y es punto y aparte. No sé por qué sacan tanta cosa. Ya me di cuenta de que estamos en un país muy corrupto, se cometen muchas injusticias”.