Este martes, a través de mensajes en redes sociales, Morena en Puebla nos recordó la naturaleza de división que priva en la izquierda.

Y es que Gabriel Biestro Medinilla, dirigente estatal de Morena, y Claudia Rivera Vivanco, virtual presidenta municipal de la capital, escenificaron sin tapujos el desacuerdo que priva al seno del partido en aras de defender el discurso del fraude electoral en la elección a gobernador.

Esto se evidenció luego de que Biestro, en Twitter, pidió a Rivera no reunirse con el gobernador, Antonio Gali, pues abonaría a la legitimación del presunto fraude electoral. Un día antes, el dirigente lanzó un mensaje similar, aunque sin citar a la alcaldesa electa.

La noche de este martes, en la víspera de la reunión, Claudia Rivera confirmó el encuentro con Gali a la vez que defendió la postura de “que se limpie la elección”.

Las reacciones de los usuarios, como Morena en Puebla, se mostraron divididas.

Por un lado quienes avalaron la reacción de la virtual presidenta municipal al ponderar el compromiso adquirido. Los que estuvieron en contra incluso manejaron calificativos de traición por acceder al encuentro.

Entre las reacciones que consiguió Biestro de sus mensajes, hubo quienes lo retaron a renunciar a la diputación plurinominal en el congreso local, como muestra de su inconformidad ante los resultados del 1 de julio.

En medio de esto, se sumaron cuentas que se han manifestado en contra de Miguel Barbosa, ex candidato de Juntos Haremos historia al gobierno de Puebla, con la finalidad de abonar a la división pública que dejaron ver los del partido marrón.

Quedó claro que Morena en Puebla ha dio muestras de debilidad porque no es capaz de mantenerse firme en un momento crítico para el partido que se ha aferrado a judicializar la contienda por Casa Puebla.

El tema viene cuando ni siquiera han rendido protesta y esto debería preocupar, no a ellos, sino a los poblanos que estaremos a expensas de sus decisiones y responsabilidades cuando asuman el poder.

Morena no ha comenzado a ejercer y ya se equivoca.