Las candidaturas comunes y la aportación en votos de los partidos que integraron la coalición Por Puebla al Frente, explican la ventaja que obtuvo la candidata Martha Erika Alonso por encima del candidato de Juntos Haremos Historia, Luis Miguel Barbosa; así lo explica detalladamente el periodista Ricardo Morales en su columna Serpientes y Escaleras en efekto10.com, un material de lectura indispensable para entender por qué no hubo fraude en el estado, más allá de filias y fobias.
Esta es la columna completa:
NUEVAMENTE LAS CANDIDATURAS COMUNES FUERON VENENO PURO
Por Ricardo Morales
El esquema implementado por el estratega de la campaña, de dividir el voto a expensas de perder los municipios más importantes para ganar la gubernatura, privilegiando las candidaturas comunes, resultó ser, veneno puro.
Quienes alegan que existió fraude electoral deberían de voltear a ver el PREP y analizar muy bien sus números, los cuales explican muy bien lo que ocurrió el pasado domingo.
Sin candidaturas comunes, Martha Erika Alonso hubiera sido derrotada en la jornada electoral de 1 de julio, ni el PAN, ni el PRD, ni Movimiento Ciudadano, hubieran sido suficientes para frenar a la coalición Juntos Haremos Historia.
Sin los dos partidos CP y PSI la candidata triunfadora (hasta el momento) de la elección, habría tenido un total de 796 mil 882 votos, por los 808 mil 697 que tuvo Luis Miguel Barbosa de los tres partidos que apoyaron su candidatura (Morena, PT y PES.
De acuerdo al PREP, el PAN le aportó a la candidata de Por Puebla al Frente, 665 mil 508 votos, el PRD le dio 58 mil 296 y Movimiento Ciudadano, un total de 73 mil 078 sufragios.
Compromiso por Puebla y Pacto Social de Integración, los partidos satélites del morenovallismo, le aportaron a la candidata de la coalición Por Puebla al Frente, entre los dos un total de 112 mil 128 votos. CP un total de 66 mil 565 y PSI 45 mil 653 respectivamente.
Tan solo con esto, Martha Erika suma un total de 909 mil 010 votos, es decir, 100 mil 313 votos más que Barbosa y la coalición conformada por las tres fuerzas políticas que lo apoyaron.
A esto se le debe de sumar 48 mil 676 votos, que le dieron a la candidata de Por Puebla al Frente, las 26 diferentes combinaciones, por las cuales se podían votar en la boleta por Martha Erika Alonso, lo cual no se tomó en cuenta, pero que fueron fundamentales para cimentar el triunfo de la panista.
En el caso de Barbosa, Morena le aportó 663 mil 243 votos, el PT le dio 107 mil 479, mientras que el PES (Partido Encuentro Social) solo le dio 37 mil 975, sería bueno que Luis Miguel voltee a ver la aportación de este partido.
A esto se le debe de sumar 52 mil 804 sufragios más por parte de las 4 diferentes combinaciones, que le entregaron las diferentes formas de votar, de acuerdo a su coalición.
Es decir, mientras por Martha Erika Alonso había hasta 31 formas de votar en la boleta, por Luis Miguel Barbosa solo hubo 7, lo cual explica mucho de lo que ocurrió el pasado domingo. No hay fraude, simple y sencillamente, las candidaturas comunes, demostraron otra vez su efectividad y eso queda perfectamente documentado, reitero, si se analizan los números de la elección que arrojó el PREP. Ojalá se tomen el tiempo para hacerlo, sin calenturas.
Desde el inicio de la elección lo mencione en una de mis columnas, cuando platique sobre la impugnación que hicieron tanto PRI como Morena, en contra de las candidaturas comunes, ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
En esa misma columna advertí que el fallo del TRIFE, sería crucial para definir el rumbo de la elección en Puebla, ya que el esquema aplicado por el morenovaliismo en elecciones locales, luego de la reforma realizada en el 2012 con la complicidad del PRI, una y otra vez había demostrado su efectividad y esta tampoco fue la excepción.
Este era el milagro al cual se refirió Moreno Valle durante la reunión realizada en las Bodegas del Molino, previa a la elección del 1 de julio, él sabía que con este esquema, se iban a perder muchas alcaldías, pero se garantizaría el triunfo para su candidata.
Desde un inicio, así se diseñó la elección, no falló en absoluto el sistema, sabían que solo cediendo alcaldías y fraccionando el voto, era posible detener el tsunami que se aproximaba a Puebla. Lo único que podía destruir el modelo, era la participación ciudadana, la cual si hubiera llegado al 70 por ciento, hubiera dado al traste con lo planeado.
Si a esto se le agrega que además hubo voto diferenciado, ya que las elecciones locales obedecen a una lógica diferente a las federales y eso también quedó demostrado en esta elección.
Mientras tanto, para la elección de presidente de la República hubo una participación en Puebla del 62 por ciento, para los comicios locales hubo una participación del 67 por ciento.
No obstante, que la participación en la elección local fue superior en un 5 por ciento, si hubo voto diferenciado, las cifras no mienten, Enrique Doger Guerrero, el candidato del PRI, tuvo tres por ciento más de votos que el candidato a la Presidencia de la República, José Antonio Meade.
Mientras Meade obtuvo solo 15.73 por ciento, Doger tuvo el 18.49 por ciento, una variación entre uno y otro de tres puntos. Pepe Toño obtuvo 397 mil 899 sufragios, Doger obtuvo 465 mil 452 votos y el patético de Juan Carlos Lastiri para el senado obtuvo solo 364 mil 873.
Doger tuvo 67 mil 553 votos más que su candidato a la presidencia Meade, a su vez, el exrector tuvo también 100 mil 127 votos más que el inefable, exsubsecretario de la Sedatu.
Por si fuera poco, ya lo dijimos, López Obrador obtuvo en Puebla un millón 445 mil votos, Alejandro Armenta tuvo en el senado un millón 166 mil 093 sufragios, Barbosa solo tuvo 861 mil 501 sufragios, es decir, Luis Miguel tuvo 583 mil 499 votos menos que “El Peje” y 304 mil 592 sufragios menos que el nacido en Acatzingo, Puebla.
Hay también quienes quieren explicar el fraude con base en la diferencia de participación que existió entre la elección.
En Puebla hay quienes quieren explicar el fraude, alegando que no hay lógica entre la participación en el proceso federal que fue del 62 por ciento y el local que fue del 67 por ciento. Alegan que si se repartieron 6 boletas, la participación debería de ser igual, lo cual en la lógica así debería ser.
No obstante, Puebla no es la única entidad en donde hubo elección concurrente y las cifras de participación no concuerdan.
Me di a la tarea de analizar la participación en las nueve entidades en donde hubo elección presidencial y también de gobernador, los resultados los dejo a su consideración.
Ciudad de México, participación federal de acuerdo al PREP 63 por ciento, participación local 70 por ciento; Morelos participación federal 63 por ciento, local 66, Guanajuato federal 63 local 52, Veracruz federal 63.4, local 64.5; Puebla 62 federal y 67 local; Yucatán 63 por ciento local y 63 federal, Tabasco 63 federal, 70 local, Chiapas 63 federal, 67 local, Jalisco 63 por ciento federal y la local 58 por ciento.
No sé cómo explicar esto, pero queda claro que si hubo variaciones en cada entidad. ¿A caso en estos estados también hubo fraude? Y conste que es pregunta.
Dejo estos números para cualquiera que tenga la ociosidad como yo de analizarlos y desglosarlos.
Fuente: Efekto10