Más de 89 millones de personas podrán votar el próximo domingo 1 de julio en las elecciones presidenciales, según cifras del Instituto Nacional Electoral. Y de esa cifra, 74% son trabajadores asalariados a los que, en muchos casos, les tocará trabajar en domingo. Si su jornada laboral coincide con el horario en el que estarán abiertas las casillas, de 8 am a 6 pm, sus empleadores deben garantizar que cuentan con el tiempo necesario para ejercer su derecho a voto.
De entrada, la Ley Federal del Trabajo (en el artículo 74 -fracción 9) establece que es un día de descanso obligatorio el que determinen las leyes locales electorales, por lo que el día de la elección se debería considerar festivo. “No es, sin embargo, la opción más recurrida por los patrones, porque son millones los negocios orientados a brindar un servicio y que no pueden parar las actividades”, dice Óscar Vega, socio director de la firma de abogados De la Vega y Martínez.
El abogado laborista refiere que es complejo contabilizar el número de mexicanos en esta condición, considerando que las cifras sobre trabajadores sindicalizados (figuras activas en la negociación de los tiempos para salir a votar) no son actualizadas. Y, por otra parte, son varios los mexicanos que de manera independiente prestan servicios a sus empresas ese día. Pero lo importante es definir el esquema a utiliza para garantizar la votación.
La Ley Federal establece (y está avalado por la Junta de Conciliación y Arbitraje de México) que si el empleado tiene la obligación de trabajar este 1 de julio (y generalmente no trabaja los domingos) debe recibir el triple de su salario. Para los empleados que tienen en su contrato el domingo como día laboral, lo habitual es que la empresa otorgue el tiempo necesario para ir a votar y regresar a su actividad laboral, prestación establecida también en LFT (artículo 132- fracción 9). “Los cines, los restaurantes y parques de diversiones -por ejemplo- no pueden parar, esta es la opción para ejercer el voto e incluso cumplir con otros servicios electorales, como ser vigilante de casilla en cierto horario de trabajo. Pero aquí no hay la obligación a un salario triple”, refiere De La Vega.
Generalmente, para que todos los trabajadores puedan ejercer su derecho al voto, los sindicatos realizan una negociación o acuerdo con el patrón para definir horarios escalonados para salir a votar. Si no, el empleador está obligado a coordinar la jornada. En caso de no poder justificar por qué no permitió la salida de los trabajadores, caería en el incumplimiento de la Ley, lo que implica una sanción económica que oscila entre 150 y 1,500 salarios mínimos, específica Óscar De La Vega.
Aun con lo estipulado en Ley Federal del Trabajo, muchos trabajadores aún no saben si tendrán el tiempo de acudir a las urnas. Es el caso de Perla Rodríguez, quien da servicio en una estética, cuyo patrón aún no ha determinado los horarios escalonados. “En las elecciones anteriores sucedió algo similar, terminamos decidiendo en el momento y hay quien no podrá salir, porque la política del lugar es atender a todos los clientes primero, sin importar horario o una situación como ir a votar”, comenta.
EMPRESAS MEJOR ORGANIZADAS
En centros comerciales, restaurantes o cadenas de cine, por ejemplo, las empresas tendrán que coordinar sus actividades de tal manera que las ausencias escalonadas de sus empleados no generen inconveniente al cliente. Un escenario así propicia otro tipo de reflexión, indica Oswaldo Vicenté, director general de Expandiendo, firma especializada en coaching sobre desarrollo organizacional. "Ningún empleado debería tener que debatirse entre trabajo, dinero o salir a votar", señala.
Durante las pasadas elecciones presidenciales en Estados Unidos surgieron organizaciones, como vote. org, que impulsaron iniciativas para que las empresas concedieran a los trabajadores al menos dos horas libres y pagadas, para acudir a las urnas. Pinterest y Dropbox se sumaron a esta idea y, aunque en México no hay por el momento algo similar, esto puede ser un ejemplo de la importancia que un empleador debe dar a que el trabajador cumpla con el derecho electoral, lo haga de manera coordinada y con la paga correspondiente, señala Vicenté.
“Tal vez en México aún no podemos pretender que la persona salga por horas completamente cubiertas, desde el punto de vista económico. Pero una iniciativa así puede ser el punto de partida para que el empleador tenga esquemas de trabajo más estructurados, que le permitan responder sin contratiempo ante fechas como estas y otros días feriados, donde los empleados sobre todo minoristas, están más saturados y con complejidad para definir sus salidas”, agrega el especialista.