Resulta inconcebible que en los tiempos de las estrategias políticas digitales, dos líderes de partidos políticos en el estado no figuren en Twitter. Ese el caso de Raúl Barranco, líder del Partido Encuentro Social (PES) y Emilio Salgado, de Nueva Alianza.

Hace unos días Barranco se hubiera entrado de primera mano cómo fue exhibido en redes sociales por evadir los cuestionamientos sobre el sueldo que percibe como dirigente del PES.

Y es que el líder gris aún no tiene una cuenta registrada en Twitter y parece que tampoco alguien que le explique la importancia del papel que hoy juega la política en redes sociales.

Menos se ve la intención, si es que tiene la capacidad para entrarle al peloteo tuitero, que quiera invertir unas monedas de los 35 mil pesos mensuales que recibe de sueldo, para contratar a alguien que abra una cuenta y la administre.

El otro penoso caso, de Emilio Salgado, es que como secretario general del SNTE 23 manejaba una cuenta con más de mil seguidores y la abandonó desde diciembre de 2016, pero ahora como dirigente de un partido político de plano decidió despreciar la red social, lo que es contrario a su antecesor, Gerardo Islas, asiduo a las plataformas digitales.

¿Será que ni Barranco ni Salgado tienen algo interesante que contarle a los cibernautas poblanos?

Pero también están quienes a pesar de tener una cuenta nada más no dan una.

Un ejemplo claro del mediocre nivel de discurso que en la actualidad traen los dirigentes de partidos en Puebla en la arena digital, es el de Zeferino Martínez, integrante de la  Coordinadora Estatal del Partido del Trabajo (PT), que en su timeline la palabra más empleada es: “retweed”.

Aunque usted no lo crea.

Ángel Trauwitz, recién electo líder del partido local Compromiso Por Puebla (CPP), es otro que también se ha vuelto fanático del retuit, sobre todo de los servicios sociales y alertas que lanza la cuenta de Javier López Díaz, tanto, que su palabra más empleada en la red social es precisamente el nombre del comunicador de Cinco Radio.

Ahí no para el tema.

Qué tal el caso de Jesús Giles, presidente del Comité Ejecutivo Estatal del PAN, que sobre sus hombros pesa la sombra de la Secretaria General, Martha Erika Alonso, de quien dicen propios y extraños, es la auténtica dirigente del partido.

Pues en el análisis de la cuenta de Giles resulta que retuitea más los mensajes de Alonso que los de la cuenta oficial del PAN estatal, lo que para nada le ayuda a quitarse el estigma.

Por otra parte, si esto se tratara de una carrera donde el ganador se decidiera por la cantidad de seguidores, José Ángel Pérez García, de la coordinadora estatal de Movimiento Ciudadano, estaría en el último lugar con sus poco más de 500 followers.

Y si bien, Jorge Estefan Chidiac, del PRI, llevaría la ventaja con sus 7 mil seguidores, también es cierto que su promedio de mensajes al día, que es de cuatro, fácilmente es superado por Socorro Quezada que alcanza una media de 13 al día, aunque las reacciones que logran los tuits de la lideresa del PRD son de los más bajos, apenas 1.6 en promedio.

Sin embrago, si de ínfima actividad al día hablamos entre esos está Gabriel Biestro, dirigente estatal de Morena, que tiene el promedio de un tuit por día, muy bajo para el partido que en la actualidad es visto como el favorito para quedarse con la silla presidencial y dar la pelea en diferentes estados.

Así está el actual panorama de los líderes de partido en una de las plataformas digitales más importantes, y que con esos números buscarán la simpatía de los electores que se nutren, ahora más que nunca, de la información digital.