Cuatro tripulantes y 99 pasajeros, entre ellos 11 menores, sintieron ayer que volvieron a nacer.
Un avión Embraer 190, en el que salieron de la ciudad de Durango rumbo a la CDMX pasadas las 15:00 horas, se desplomó poco después de despegar y luego se incendió. No hubo muertos y diez personas salieron ilesas. El herido más grave es el capitán, que entró a cirugía, aunque su vida no peligra, dijo Andrés Conesa, director de Aeroméxico.
El accidente ocurrió cuando caía un torrencial, incluso el piloto advirtió sobre el mal tiempo, antes del despegue, según lo narrado por algunos de los pasajeros.
El avión modelo Embraer 190 con número de vuelo AM2431 de Aeroméxico, con ruta de Durango-Ciudad de México, se vio afectado por una ráfaga de viento de manera repentina tras levantar el vuelo, dijo el gobernador de la entidad, José Rosas Aispuro.
"La ráfaga de viento la hizo descender bruscamente y tocar tierra con el ala izquierda desprendiéndose los dos motores del mismo", sostuvo Aispuro.
El gobernador detalló que "la aeronave se proyectó fuera de la pista desplazándose sobre el terreno y quedando aproximadamente a 300 metros de la pista y permaneciendo en posición horizontal, lo cual permitió la activación de los toboganes y una evacuación oportuna de los pasajeros antes de iniciarse el incendio de la aeronave".