La petrolera mexicana Pemex detuvo, con el apoyo de las autoridades, a cerca de 1,600 personas que extraían ilegalmente o transportaban combustibles durante 2017, aunque ahora sólo el 1% o 2% de estos huachicoleros ya tiene un proceso judicial terminado.
“Si estas 1,600 personas que fueron agarradas 'in fraganti' estuvieran en la cárcel, que es donde creo personalmente que deben estar, tendríamos 1,600 pillos menos haciendo esto”, dijo el director general de Pemex, Carlos Treviño.
De este número, cerca de 1,300 se encuentra sujeto en la actualidad a un proceso por el robo de combustibles, aunque los tiempos no son expeditos, señaló Treviño.
La compañía registró 10,363 tomas clandestinas durante 2017, mientras que en este año acumula 2,274 entre enero y febrero, según datos de Pemex, una cifra superior a la de esos meses del año pasado.
La petrolera pudo recuperar cerca de 14 millones de litros gracias a tareas de patrullaje a lo largo de sus ductos y pipas, pero el número de tomas clandestinas sigue en aumento, dijo el directivo.
Las pérdidas por el robo de combustibles tiene un impacto cercano a los 30,000 millones de pesos cada año.
Pemex ha despedido a cerca de 100 trabajadores de la empresa debido a que tenía sospechas o pruebas sobre su involucramiento en este tipo de robos, y ha iniciado procesos en contra de casi 100 gasolineras por irregularidades relacionadas con la venta de producto robado.
Fuente: EXPANSIÓN