Rafael Caro Quintero, quien se encuentra prófugo de la justicia, reapareció en una entrevista realizada por la periodista Anabel Hernández y que fue publicada este miércoles por el diario Huffington Post.
En la grabación, que de acuerdo al medio se realizó en Sinaloa, Caro Quintero niega formar parte actualmente de algún cártel y pide que lo dejen “en paz”.
“Lo que me queda de vida, quiero vivirlo en paz… Todos nosotros, creo, merecemos una segunda oportunidad”.
Vestido con una camisa de manga larga oscura y una gorra azul con el logo de la marca Adidas, el capo sinaloense, ex fundador del Cártel de Guadalajara, asegura en el extracto de la entrevista de poco más de 3 minutos, que hoy sólo se dedica a huir, por algo que ya pagó.
“Yo no pertenezco a ningún cártel, así de fácil, y yo, como ya le dije en una ocasión, yo no voy a volver al narcotráfico nunca”, menciona a la periodista.
También rechazó que hoy en día lidere el Cártel de Sinaloa o del Pacífico o que trafique cocaína a Colombia y Estados Unidos.
“Quien lo diga miente, miente y que me lo compruebe, y el gobierno de México sabe que lo que estoy declarando es la verdad”, insistió.
“Yo le pediría a la DEA que fuera más cuidadoso en sus investigaciones y al gobierno de México también. Si me aclaran a mí, pero que sea cierto, que sea verdad, yo me entrego. Pero no me voy a entregar de informante”.
Dijo que al vivir huyendo no puede ver a su familia, y no tiene dinero.
“A donde llegó me dan de comer, y batallándole mucho, porque no traigo dinero”, menciona”, “mi mamá está en un hospital con neumonía; sin poder hacerle una llamada, sin poder hablar, sin poder hacer nada, es triste”.
La entrevista, de acuerdo al relato de Anabel Hernández se realizó luego de meses de insistir a través de intermediarios a Caro Quintero, Esta tuvo lugar, luego de un viaje de 12 horas desde Mazatlán, atravesando “en automóvil (cuatro en total) la principal zona de producción de heroína en México, donde miles de toneladas de amapola se cosechan y procesan cada año antes de enviarse en contrabando a Estados Unidos. En la cima de la montaña la vista desde la modesta casa es espectacular”.
Añade que para mantenerse a salvo, Cargo Quintero nunca duerme en el mismo lugar dos veces. “Su cama es un saco de dormir, su techo es el lienzo de una tienda de campaña. Durante el día se mueve a través de las montañas como un fantasma, con su vista perpetuamente clavada en el cielo, para poder detectar los drones que buscan signos de vida en las impenetrables montañas”.
Al llegar al sitio, la entrevista se realiza en una casa. Caro Quinteo llega armado con una pistola, la cual coloca en la mesa, mientras tres guardias protegen la entrada y otro más se queda en la habitación.
“Delgado y recto como un taco de billar, Caro Quintero lleva una gorra Adidas que le cubre el pelo teñido de negro oscuro. Con sus elegantes pantalones azules y una chaqueta verde, Caro Quintero parece tener menos de sus 65 años. Pero sus zapatos están cubiertos de barro y está sudando, lo que sugiere que la vida en la clandestinidad le está cobrando un precio”, relata.
“Todo lo que hago es huir, por algo para lo que ya cumplí mi condena”, dice.
Desde su liberación en 2013, se ha retractado de su admisión de culpa en el asesinato de Camarena. Él admite haber traficado marihuana en el pasado, pero afirma que esos días han quedado atrás. Y agrega que no es el sombrío líder del Cártel de Sinaloa que las autoridades dicen que es.
Fuente: RÍODOCE