"Le pido por favor que pare, se tome una tregua y no venga más en un tiempo". Estas son las palabras que ya dirigió en 2017 un guardia de seguridad a Adrián Pino por intentar desnudarse en el Museo del Prado. Este jueves, Pino y la también performer barcelonesa Jet Brühl se desnudaron por sorpresa en la sala del Prado donde se exhiben los cuadros de Adán y Eva, de Alberto Durero. Tras esto fueron conducidos por los servicios de seguridad de la pinacoteca ante la Policía Nacional.
Ambos performers se habían despojado de su ropa, se quedaron desnudos y varios visitantes les fotografiaron. Ellos mismos han colgado estas imágenes en sus redes sociales. El objetivo de este acto ha sido el de "romper con la idea tradicional de género establecida por la civilización cristiana occidental", ha explicado Adrián Pino. Por ello, las obras escogidas han sido los óleos pintados por Durero en 1507, Adán y Eva, ya que, según Pino, reencarnan el comienzo de la división de géneros.
"Nos colocamos desnudos con la particularidad de que me muestro como una mujer, con los genitales ocultos", ha explicado Pino. Brühl se considera "biológicamente una mujer", pero no lo es "realmente", ha explicado el artista, quien se siente unido a su parte femenina y emplea su cuerpo como una obra de arte para comunicar una idea: "Que el género tiene muchas versiones". Fuentes del museo han asegurado a Efe que les preocupa que este tipo de acciones moleste a los visitantes o que puedan sentirse ofendidos, pero que no pueden hacer mucho más.
Desnudos por Europa
La acción se enmarca dentro del Proyecto V, que Pino comenzó en marzo de 2017. Tras un parón de cuatro meses, lo ha retomado con esta performance en lo que considera el inicio "del Capítulo dos", en el que tiene previsto continuar por los principales museos de Europa, sin descartar volver al Prado, ha asegurado.
Durante el Capítulo uno de este proyecto, Pino se desnudó ante grandes obras de arte, estuviesen en museos o en la calle: en el Louvre frente a la Mona Lisa; en Viena frente a la Venus de Willendorf, o en la romana Fontana de Trevi, casi siempre con la mujer como denominador común en sus acciones porque la percibe "con una mayor fuerza, algo sobrenatural, por eso oculto los genitales".
En esta gira tampoco olvidó su ciudad natal, Barcelona. En agosto de 2017, se desnudó frente al Pantocrátor de Sant Climente de Taüll, en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). Según fuentes de este museo, vieron su actuación con bastante naturalidad. "Ya conocíamos su obra, sabíamos lo que había hecho en otros museos de Europa y le dejamos realizar su performance. No pedimos a seguridad que interviniera", han resaltado.
El jefe de seguridad del Museo Thyssen-Bornemisza, Miguel Ángel Molina, ha afirmado que no recuerda ninguna actuación de este tipo. Pero en caso de producirse, el protocolo establece que se informe al espontáneo y se le acompañe fuera del museo. En caso de resistencia, sí se llamaría a la policía. Mientras que fuentes del Museo Reina Sofía han explicado que se han encontrado con situaciones como que un hombre se siente en el suelo con las piernas cruzadas en medio de una sala. “Seguridad le pide que se aparte para permitir el paso de los visitantes y ya está. En aquel caso, estuvo así toda la tarde, sin molestar a nadie”, han comentado. Desde el Reina Sofía han añadido que al ser un museo de arte contemporáneo han tenido en su programación performances con desnudos, en las que es necesario explicar a los visitantes el tipo de obra que van a ver. Sin embargo, nunca han recibido visitas espontáneas de este tipo.
Las reacciones de la gente ante el espectáculo de Pino son diversas. "Se asustan, creo que porque se considera el desnudo como algo obsceno, agresivo. Hay un estigma", ha señalado el artista, que también ha resaltado que con esas acciones "un poco terroristas, con voluntad poética, buscan comunicar la belleza".
Fuente: elpais.com