En términos generales, la prensa de Estados Unidos se mofó de la supuesta niña, “Frida Sofía”, que se reportó atrapada bajo los escombros del colegio Enrique Rébsamen, pero el diario The Washington Post fue más allá y calificó al caso como una “vergüenza” para el gobierno de Enrique Peña Nieto.
“La posibilidad de que no se encontraran (con vida) a más estudiantes se convirtió en una vergüenza para el gobierno de México, cuando la historia de Frida Sofía, una niña de 12 años de edad atrapada entre los escombros, creció de forma sensacionalista en la prensa”, destacó el Washington Post, que publica este día la nota del caso en la primera plana de su edición impresa de este viernes.
Antes de que se cayera la mentira de “Frida Sofía”, medios electrónicos de Estados Unidos como las cadenas de televisión CNN y MSNBC, transmitieron segmentos en vivo de los trabajos de rescate de la menor inexistente.
“No está claro cómo se originó la historia de que la niña seguía sepultada entre los escombros de la escuela, sin embargo, la prensa hizo una cobertura de 24 horas de los esfuerzos de rescate, fascinando al público mexicano cuando las televisoras transmitían en vivo a las fuerzas de seguridad y equipos de rescate buscando entre los escombros”, establece la nota de primera plana del Post.
“Altos funcionarios del gobierno de México, incluido el secretario de Educación, Aurelio Nuño, se pasaron horas en la escuela observando los esfuerzos. La operación sacudió a algunos observadores porque fue intento para mostrar a los funcionarios mexicanos como héroes salvando vidas”, subraya el rotativo.
The Washington Post, citando a un funcionario mexicano bajo la condición del anonimato, indicó que tras el caso de “Frida Sofía”, y luego de que se estableció que no quedaban más niños con vida atrapados entre los escombros; se debe tomar la decisión de demoler toda la infraestructura del colegio Rébsamen.
Otros medios electrónicos de comunicación estadunidenses, como la cadena de televisión ABC, indicó que el caso provocará que el público desconfíe aún más de los medios de comunicación.
Fuente: Proceso