La Secretaría de Relaciones Exteriores informó que de las 10 personas que fallecieron por permanecer encerradas en un tráiler abandonado en un Walmart de San Antonio, Texas, cuatro eran mexicanas.
En un comunicado difundido ayer y basado en información preliminar, aclaró la Cancillería, de las 39 personas abandonadas, 25 eran mexicanas, de las cuales hasta ayer 21 seguían hospitalizadas, reporta El Universal.
“Hasta el momento, de las 10 personas que perdieron la vida y con base en los datos que se tienen confirmados a partir de entrevistas realizadas por personal de dicho consulado y del contacto con autoridades locales, se informa que cuatro de ellas [las fallecidas] son de nacionalidad mexicana.
“En tanto, 29 personas se encuentran hospitalizadas. De ellas, 21 son mexicanas; dos son nacionales de terceros países y de seis no se ha confirmado su nacionalidad”, se informó.
La SRE detalló que el Consulado General de México en San Antonio ha tomado las acciones necesarias para brindar la asistencia y protección consular correspondientes a las víctimas y familiares de los mexicanos que han sido identificados.
“El Consulado General seguirá trabajando estrechamente con las autoridades locales y federales con el objetivo de identificar la nacionalidad de todas las víctimas.
“El gobierno de México reitera sus condolencias a los familiares de las personas que perdieron la vida en este lamentable incidente”, expresó.
El secretario de Gobierno de Aguascalientes, Javier Luévano Núñez, confirmó que se encuentran delicados de salud dos migrantes originarios del municipio de Calvillo, quienes viajaban en el tráiler. Se trata de Johnny Serna Ramírez y su tío, Mario Alberto Ramírez, habitantes de la cabecera y de la comunidad de Jaltiche.
Chofer, a juzgado. James Matthew Bradley, de 60 años de edad, el chofer del camión en el que fallecieron al menos 10 inmigrantes indocumentados, podría enfrentar hasta pena de muerte si es considerado culpable. Bradley fue acusado por intentar conseguir “una ganancia financiera personal” con el transporte de indocumentados.
El hombre, con largo historial delictivo, declaró en su primer interrogatorio que no sabía qué cargamento llevaba en el vehículo y que su cometido era entregar el camión en San Antonio.
De hecho, dijo haberse “sorprendido” cuando en un descanso escuhó golpes y ruidos en su camión, abrió la puerta y se vio “aplastado” por “españoles” que lo tiraron al suelo.
Fue entonces, explicó, cuando se percató de que había cuerpos en el suelo “como si fueran carne” y uno de ellos estaba muerto. Contó entre 30 o 40 personas que corrieron a buscar aire en un área con césped. Confesó que sabía que el sistema de refrigeración no funcionaba y que los conductos de ventilación estarían obturados. Sin embargo, nunca llamó a la policía.
Tal y como contó el jefe de bomberos de Brownsville, Charles Hood, los inmigrantes sufrieron “muchos ataques al corazón y deshidratación” por el exceso de calor y la falta de ventilación, comida y bebida.
Uno de los mexicanos sobrevivientes explicó que salió de Aguascalientes y que le prometieron ser introducido a Estados Unidos, por lo que tenía que pagar la cantidad de 5 mil 500 dólares a los coyotes. Además, aseguró, pagó 12 mil 500 pesos a Los Zetas para cruzar el río Bravo.
CNDH pide actuar
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) pidió a las autoridades consulares mexicanas que “actúen con determinación” para exigir a las autoridades de EU dar con el traficante de personas vinculado al caso.
Lamentó los fallecimientos y condenó las conductas ilícitas de traficantes de personas, “quienes deben ser presentados ante la justicia para que no haya impunidad”.
Fuente: http://www.eluniversal.com.mx/