La dotación de mobiliario y equipo que requiere un salón de clases, así como los servicios sanitarios, son los pendientes que aún tienen planteles escolares de nivel básico en Puebla en zonas de alta marginación, pese a ser de las entidades con más recursos recibidos del Programa Escuelas al CIEN.
La distribución de recursos efectuada por el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (Inifed) a los centros de trabajo, muestra que para el periodo 2015 a 2018, a Puebla se le asignaron 1 mil 626.8 millones de pesos, sólo por debajo del Estado de México y Chiapas.
Así lo señala el cuaderno de investigación en Finanzas Públicas sobre los indicadores y gastos respecto de la infraestructura educativa de nivel básico en México, del Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República.
No obstante, si bien refiere que el índice de rezago en infraestructura de Puebla es bajo (0.17 en promedio global), marca como los puntos más débiles al mobiliario básico (0.243) y servicios sanitarios (0.202).
El índice del mobiliario básico de los salones de clase se construye a partir de las sillas y mesas para alumnos, y silla y escritorio para el profesor, además del pizarrón. El valor de cero indica que la escuela tiene el número mínimo requerido del mobiliario, mientras que el valor de 1 señala que existe un déficit total.
Respecto del servicio sanitario, se mide si este servicio es suficiente y adecuado en las escuelas a partir de tres elementos: que el inmueble cuente efectivamente con sanitarios (no letrinas u otro tipo); que tengan servicio de agua y no necesiten reparaciones; y que el inmueble cuente con al menos un servicio sanitario por cada 50 alumnos.
Los estudios realizados en los últimos años, dan evidencia de que algunas características de la infraestructura influyen en el aprendizaje de los estudiantes más vulnerables, principalmente en países en vías de desarrollo en donde existe una mayor desigualdad, puntualiza el documento.