La XIII Caravana de Madres de Migrantes Centroamericanos Desaparecidos en México concluirá este 2017 con siete reencuentros, reveló Rubén Figueroa, coordinador del Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM) al llegar a Puebla, uno de los 12 estados contemplados en el recorrido que emprendieron 40 madres procedentes de Guatemala, Nicaragua, Honduras y El Salvador para buscar a sus hijos en albergues, cárceles y burdeles.
José Sabas Martínez este diciembre se reunirá con su hija Denia a la no ve hace 20 años, cuando ella salió de El Tigre, Departamento de Cortés en Santa Cruz de Yojoa en Honduras. “No quepo de contento, ¿cómo le cuento?, siento que el corazón se me sale y me va por delante”.
En entrevista en el zócalo durante una manifestación de ciudadanos del Triángulo Norte de Centroamérica, región golpeada por una violencia generalizada, José Sabas contó que su hija no logró llegar a Estados Unidos y se quedó en Cancún donde consiguió un empleo y formó una familia. Este año fue localizada por el MMM, colectivo que organizó el reencuentro.
La reunión padre-hija se suma a la que hace una semana sucedió en el comedor Las Patronas en Veracruz, Elisandro Reginaldo Roblero se reunió con su madre Catalina a quien no veía desde hace 22 años. Reginaldo salió de Guatemala cuando tenía 17 años y en México perdió el número de la caseta telefónica de su pueblo.
También este año Doris López, perdió la pista de Carlos, su hijo, un año después de su partida, cuando simplemente dejó de llamarle por teléfono. Lo último que supo de él fue que trabajaba en un estado del norte de México. A inicios de 2017 Rubén Figueroa, coordinador del MMM localizó al joven y viajó hasta la casa de Doris para darle noticias tras 10 años de silencio, fue entonces que ella se sumó a la Caravana y se reencontró hace unos días con Carlos, en Guadalajara.
“Cuando llegué a Honduras me di cuenta de la precariedad en la que vivía Doris. Ella buscaba a su hijo por lo menos en su corazón y en su mente porque la pobreza no la dejaba hacer más allá de pensarlo, soñarlo, llorarlo”, dijo Figueroa.
La Caravana de madres centromericanas buscando a sus hijos desaparecidos ha logrado 289 localización y rencuentros a la fecha. “Es nada comparado con el registro 70 mil migrantes centroamericanos desaparecidos. pero es mucho más de lo que el gobierno mexicano ha hecho, que al día de hoy es nada”.
La movilización también llamada “Cuatro mil kilómetros de Búsqueda, Resistencia y Esperanza” cruzó este 2017 12 estados y 22 localidades de México, levantando la voz acerca de la desaparición de centroamericanos y la violencia que miles de migrantes encuentran en su tránsito por el país.
Ayer la Caravana de Madres Centroamericanas fue recibida por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría de la Universidad Iberoamericana.
Madres con las fotografías de sus hijos colgadas en el pecho denunciaron la inseguridad extrema que padecen los migrantes en su paso a México donde son secuestrados, extorsionados y traficados por grupos del crimen organizado, entre otras muchas violaciones a sus derechos humanos. “Masacres y fosas clandestinas son historias en la desaparición de miles de nuestros jóvenes pero también de ustedes, de los propios mexicanos”, reclamaron.
Testimonios de madres en la sede universitaria en la Aduana Vieja de la BUAP, apuntaron que la violencia a través de la ruta migratoria empeora por la invisibilidad, fáctica y política, de la que son objeto.
“El México lindo y querido se ha transformado en un México podrido. Nuestros hijos llenan sus fosas clandestinas, sus bares y cantinas… es producto del crimen autorizado donde las autoridades están metidas hasta el cuello”, dijo Rosa Nelli, una de las madres que encabeza la marcha internacional.
“La búsqueda y reclamo de justicia y protesta de las madres de migrantes desaparecidos son transcendentales pues arrojan luz sobre esta crisis. Los riesgos de tránsito a través de México han aumentado en años recientes donde el gobierno mexicano, en cooperación con el gobierno de los Estados Unidos, ha tratado de impedir que el flujo migratorio alcance la frontera norte a través de la militarización del territorio. Estas tácticas de persecución, detención y deportación combinadas con la amenaza de autoridades corruptas coludidas con grupos criminales, han incrementado la vulnerabilidad de los migrantes en tránsito”, explicó Figueroa
La Caravana representa una oportunidad para mostrar las consecuencias de las políticas anti migrantes, hacer visible el duelo de las madres y humanizar un fenómeno que pese a su dimensión es ignorado por el gobierno mexicano.
Tras una manifestación en el zócalo de la capital, la Caravana de Madres Centroamericanas partió a Veracruz donde serían recibidas por el Colectivo Solecito Veracruz, la organización de búsqueda de desaparecidos que localizó hace un año la fosa clandestina más grande reportada en México.