Al cumplir un mes del sismo del pasado 19 de septiembre, de 7.1 grados, Notimex regresó a la junta auxiliar de San Francisco Xochiteopan, perteneciente al municipio de Atzitzihuacan para conocer los avances de la construcción de la primer vivienda para los damnificados por el sismo.
En entrevista con Notimex, la señora María Antonio Pérez López, de 80 años de edad, relató cómo ha sobrellevado la pérdida de su esposo Trinidad Tapia, quien fue el único poblador de esta comunidad que murió como consecuencia del sismo, ya que él estaba al interior de su vivienda y ésta se vino abajo.
Acompaña de su nieta, la señora Antonia, agradece que voluntarios y sociedad civil no la han dejado sola, incluso agradece que los medios de comunicación lleguen hasta su comunidad para saber cómo van los trabajos de reconstrucción.
“Si no fuera por las visitas que recibo, o porque viene la gente de fueras y nos trae ropa, comida y otras cosas, estaría triste todo el día, pero ahora estoy bien. Ya están construyendo mi casa y está quedando todo muy bonito, ya hasta me da gusto y ya me quiero ir a dormir allá”, dijo sonriendo pero al mismo con los ojos humedecidos.
La anciana mujer expuso que después del sismo dormían y comían en el alberque que instaló el Ejército Mexicano en la cancha de basquetbol de la comunidad, pero una vez que levantaron el albergue, ahora duerme en un pedazo de terreno aledaño a su casa ubicada en la calle Francisco I. Madero equina con Mirasoles.
Con piso de tierra, protegidos por manteados y rodeada por montones de ropa y artículos de limpieza, la mujer de 76 años de edad duerme acompañada de su nieta. La comida la prepara en el mismo patio, donde hay una mesa que les sirve para comer, rodeada de los perros, gatos y gallinas que ahí deambulan.
“Me levanto temprano y pongo mi lumbrita para calentar el agua antes de irme al campo; ya voy poco pero debo seguir trabajando un poquito la tierra”, dijo tras relatar que siembra un poco de maíz y amaranto, cultivos que visitó el día del temblor y que la salvó de no haber muerto en el interior de su casa.
Gusta de quedarse sentada en la entrada de su refugio, dice que así sirve que la gente la ve y pase a platicar un momento con ella, eso la anima para no estar triste; como también le anima que ya están terminando su casa y que el próximo domingo 22 de octubre podrá habitarla.
De momento se alegra de saber que ya tendrá su nueva casa; un espacio de cinco metros por siete donde se cuenta con baño, cocina y dos habitaciones; pero también se entristece de recordar que mucha gente perdió sus viviendas; y dice no olvidar la imagen que el sismo dejó en su mente.
El inmueble está pintada de blanco, los marcos de puertas y ventanas pintadas en color naranja, color que los voluntarios volverán a pintar porque doña Antonia prefiere el color rosa.
Al pie de la puerta de entrada luce la cruz de madera en color blanco y con flores que señalan el lugar donde murió su esposo Trinidad Tapia.
El señor Enrique Francisco Francisco, vecino del lugar, también trabaja como voluntario en la construcción de la vivienda, obra que ha sido donada por la Fundación Operación Bendiciones México y de la asociación civil Cadena.
Explicó que será el próximo domingo cuando se entregue la casa amueblada a doña Antonia; solo afinan detalles y el sábado próximo estarán llegando las camas y demás muebles. Para el domingo prevén preparar una pequeña comida para los integrantes de la fundación y voluntarios a modo de agradecimiento.
La escena se repite en varias calles del poblado que se ubica a 90 minutos de Puebla capital, donde los habitantes tratan de recobrar su vida como antes del sismo, pero los trabajos de reconstrucción les han cambiado la rutina.
Gabino Pérez, regidor de la junta auxiliar, es también uno de los damnificados por el sismo y vecino de doña Antonio Pérez, quien comentó que tan solo en esa comunidad fueron 125 las viviendas con daño total.
Junto con sus vecinos también trata de levantar su casa, por el momento cuenta con una vivienda temporal que fue la ayuda del Tecnológico de Monterrey en Puebla y que le servirá para protegerse durante el frio de diciembre, “porque para la cuaresma espero ya contar con la ayuda del gobierno y comenzar a construir”, dijo.
Melquiades Zapata es otro vecino que también trabaja en la construcción de toda su casa. Por el momento trata de levantar su cocina con tabique, carrizo, lodo y cajas de tetrapak. Duerme en una vivienda temporal porque antes del sismo lo operaron de la garganta, y los voluntarios lo cuidan para que no recaiga.
Acompañado de su esposa dice que no tiene prisa en que le construyan su casa, porque dijo que ha visto que otros vecinos están más necesitados que él. Agradece que los voluntarios, principalmente de Morelos, Guerrero, Puebla, así como de Perú y Colombia, lo ayuden y visiten.
“Ya por lo menos platicamos un ratito y luego se van y así se pasa el tiempo, luego llegan otros voluntarios y volvemos a platicar y así se nos va olvidando la tristeza. Dios nos pone pruebas y hay que respetar lo que manda Dios, sólo él sabe por qué nos manda estas cosas”, concluyó.
Los pobladores coincidieron que tanto la presidenta municipal de Atzitzihuacan, Maricela Ramos Jiménez, como el gobernador Antonio Gali Fayad, aun no les dicen cuándo entregarán la ayuda económica, porque hasta el momento solo las fundaciones les han auxiliado.
De acuerdo a la autoridad municipal en la junta auxiliar de San Francisco Xochiteopan, el sismo del pasado 19 de septiembre dejó un saldo de el templo dedicado a San Francisco con pérdida total, 154 viviendas afectadas de las cuales 114 son con daño total, una persona muerta, ocho lesionados y 516 albergados.