Néstor, el vicario del municipio de Chietla, que celebraba la misa de bautizo en Atzala la tarde del 19 de septiembre cuando comenzó el sismo, pidió a los fieles que abandonaran el templo, pero hubo una persona que pidió a los presentes que no lo hicieran, reveló monseñor Castro Castro, obispo de la Diócesis de Cuernavaca, al enviar un mensaje solidario dirigido a los clérigos afectados por el movimiento telúrico.
En el mensaje de apoyo, la Diócesis de Cuernavaca (que concentra a municipios poblanos de las regiones de Atlixco e Izúcar de Matamoros) relató que el vicario y dos personas más salieron aquel día por el lado de la sacristía y desmintió que el sacerdote haya huido tras el saldo de doce personas muertas y dos lesionadas, reporta El Sol de Puebla.
“Néstor ayudó al padre de la niña que iba a ser bautizada que estaba herido, cómo puede sacar los cuerpos sin vida del lugar… se mancha su ropa con la sangre de los fallecidos, pero la versión que circuló que subió a su auto para huir, es falsa”, abundó.
De igual forma, el obispo explicó que en la noche de ese martes 19, el vicario volvió junto con el párroco para continuar con las tareas de ayuda.
“Pienso en Pedro Tapia (párroco de Atzala), que a una semana de haber tomado posesión ahora tiene que vivir un momento desde la fe y sostener a la comunidad al tener que sepultar a once personas”.
De igual forma, la diócesis hizo referencia a sacerdotes de comunidades como Atzitzihuacan, San Miguel, municipio de Chietla y San Jerónimo Coyula, en Atlixco, donde se cayeron templos y casas parroquiales, sin embargo, la intervención de éstos fue fundamental para salvar vidas.
Los responsables de cada una de ellas, jugaron un papel muy importante, debido a que a las 13.14 horas del martes 19 de septiembre, en algunas poblaciones se realizaban celebraciones religiosas, principalmente misas, pero al momento del sismo, reaccionaron valientemente.
