El ejecutivo de Volkswagen, Oliver Schmidt, se declaró culpable el pasado viernes en la Corte de Distrito de Detroit, Estados Unidos, por el enorme escándalo de emisiones de diesel que le ha costado a la automotriz alemana hasta 25,000 millones de dólares.

En virtud de un acuerdo de amparo, Schmidt podría enfrenta hasta siete años de prisión y una multa de entre 40,000 y 400,000 dólares después de admitir una conspiración para engañar a los reguladores en territorio estadunidense y violar las leyes de aire limpio.

La sentencia se dictará el próximo 6 de diciembre por el Tribunal de Distrito de Detroit.

En marzo pasado Volkswagen se declaró culpable de tres cargos criminales a través de un acuerdo, con el fin de resolver los cargos relacionados con haber instalado un software ilegal en algunos vehículos diésel que alteraba las emisiones de óxidos de nitrógeno.

A Schmidt se le acusaba de 11 cargos criminales al inicio de 2017. De acuerdo con fiscales generales la condena del directivo de la armadora alemana sería de hasta 169 años de prisión, sin embargo al dar su declaración de culpabilidad las autoridades de EU decidieron abandonar la mayoría de los cargos.

No obstante, Volkswagen remarcó que “continúa cooperando con las investigaciones del Departamento de Justicia en la conducta de individuos, no sería apropiado comentar sobre investigaciones en curso o discutir asuntos de personal”.