Los polémicos arcos de seguridad en Puebla, lejos de desaparecer, forman parte del Plan Estatal de Desarrollo del gobierno de Tony Gali Fayad para combatir la incidencia delictiva y, junto a otras acciones, reducirla dos por ciento.
En las líneas de acción respecto de la Seguridad y Orden Público, el documento que presentó el gobernador del estado la semana pasada, menciona la gestión para la construcción de “arcos de seguridad en zonas estratégicas”, así como mejorar su funcionamiento.
Hay que mencionar que estas obras, seis en total que suman más de 680 millones de pesos, han sido cuestionadas recientemente tras el incremento del robo de combustible y su trasiego, sobre todo las ubicadas en Huejotzingo y Palmar de Bravo.
Asimismo, la actual administración le apuesta a los Botones de Pánico en el sistema de transporte RUTA, esquemas de patrullaje estratégico, operativos en los límites del estado con alta incidencia delictiva, fortalecimiento de la policía de proximidad, entre otros, para disminuir dos por ciento la incidencia delictiva en el estado en delitos totales.
De acuerdo con la estadística de la Incidencia Delictiva del Fuero Común Estatal del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, del 2011 al primer bimestre de 2017, el estado de Puebla ha tenido un promedio de 73 mil 911 delitos por año. El 2012 fue el que más incidencias registró y 2016 el que menos (51 mil 61).