ESPN informa que la final de la Copa del Rey que debe enfrentar a Barcelona y Sevilla podría cambiar de fecha y no disputarse el 21 de abril, tal y como está previsto en el calendario. El club azulgrana confía en encontrar otra fecha, con el apoyo de la entidad andaluza, que resuelva la polémica de un calendario cargadísimo y que puede perjudicar de mala manera a los dos protagonistas.

A la vista del calendario que hay por delante, el miércoles 9 de mayo se contempla como la única fecha libre en que pudiera disputarse esa final. Del choque, que se debería jugar en el Wanda Metropolitano, se tratará en una reunión entre representantes de los dos clubs y la Federación Española el próximo lunes y en el que se espera pueda contemplarse ese cambio.

El Barça entiende que puede enfrentarse a un periodo enloquecedor en el mes de abril, durante diez días en que se jugaría a cara o cruz la suerte de tres competiciones distintas, afrontando cuatro partidos de altísimo riesgo, uno definitivo (la final de Copa) y otro trascendental (la ida de las semifinales de la Champions).

Para alcanzar esas semifinales el Barcelona debe primero superar al Chelsea en octavos y una teórica eliminatoria de cuartos de final, de la misma forma que ocurre con el Sevilla, pero a partir de ahí es donde nace la preocupación en el Camp Nou.

El 15 de abril (o sábado 14) el Barcelona debe recibir en la jornada 32 al Valencia, la siguiente se disputa entre semana y debería enfrentar al equipo de Valverde al Celta en Balaídos, probablemente el martes 17, después está señalada el sábado 21 la final de Copa y el siguiente martes 24 o miércoles 25 se jugará la ida de las semifinales de la Champions League.

Entre el 14 y el 24 disputaría el equipo de Valverde esos 4 partidos que se entienden de máximo riesgo y que, con el Sevilla en una situación similar, confía en cambiar. De hacerlo, ese fin de semana del 21 y 22 de abril jugaría su partido de Liga de la jornada 34 ante el Villarreal. El calendario sería igual de duro, pero menos a cara o cruz, de forma indiscutible.