Excélsior informa que si Alexis Sánchez es el genio y Arturo Vidal el corazón, Marcelo Díaz es el cerebro de La Roja. Por eso, es más doloroso su fallo garrafal en la final de la Copa Confederaciones ante Alemania.
Marcelo es el hombre tranquilo, el que debe mantener la calma cuando sus compañeros de equipo se lanzan a pecho descubierto a buscar la portería contraria.
El jugador del Celta de Vigo nunca pierde la compostura, ni la posición. Si Jara o Medel suben, él les cubre las espaldas; si Isla o Beausejour tardan en volver, Díaz les hace la cobertura.
En la final ante Alemania todo iba bien hasta que a los 20 minutos ocurrió un "accidente", como lo definió el propio técnico de Chile, Juan Antonio Pizzi.
Alemania, que no había cruzado apenas el centro del campo hasta entonces, intentó armar un contraataque, pero la defensa chilena logró recular a tiempo.
El balón fue a parar a Isla, que se lo cedió atrás a Marcelo, mientras el resto de futbolistas comenzó ya a mirar a la portería contraria.
Marcelo vio que se le acercaba Stindl y, fiel a los dogmas de estilo de La Roja, no le dio el balón a Bravo, sino que giró y cuando intentaba jugar el balón apareció Werner, jugador con el que no contaba el chileno.
El resultado fue el único gol del partido y la jugada que decidió la final, ya que los chilenos no se recuperaron del mazazo hasta bien entrada la segunda parte, cuando ya era demasiado tarde.
El celtista saltó al campo en la segunda parte, pero estaba claro que no había superado el trauma y fue sustituido por Pizzi, que le abrazó cuando se retiraba.
Marcelo, futbolista que destaca por su facilidad de palabra, era inconsolable en el túnel de vestuarios, pero dio la cara ante la prensa, que le acribilló a preguntas.
En sus declaraciones el centrocampista de 30 años llamó a no bajar los brazos y seguir creciendo con vistas a los partidos clasificatorios para el Mundial de Rusia, el próximo gran objetivo del equipo chileno.
Y es que los chilenos tienen aún que viajar a las alturas de Bolivia y recibir a Paraguay, ambos equipos ya desahuciados, enfrentarse en Santiago a Ecuador, que aún tiene opciones, y terminarán la fase de clasificación en Brasil, que ya certificó su pase.
No se limitó a eso, sino que publicó una emotiva carta en las redes sociales dirigida a la afición chilena en la que comparó lo que él mismo calificó de "fallo garrafal" con la muerte de su hermano hace 14 años y aseguró que ese error le acompañará durante toda su vida.
"La vida es para los valientes", dijo, no obstante, en un claro mensaje de optimismo de cara al futuro del fútbol chileno.