ESPN informa que la sangre se coaguló entre bostezos. Y México debe aplazar hasta septiembre su visado mundialista, mientras Estados Unidos redime sus anhelos de clasificación. Grisáceo, aunque intenso; opaco aunque rabioso, el 1-1 sólo dejó sonrisas en la embajada estadounidense de Bruce Arena.
Michael Bradley puso angustia al minuto 5 tras un pase de Chicharito Hernández, mientras que Carlos Vela le dio el oxígeno del empate al '22. Y ese 1-1 madrugador amparó casi un tácito desarrollo para compartirse el botín.
El control, por decisión de EEUU fue para el Tri, pero en el intento de entretejer, pujar y empujar, no alcanzó para algo más que alborotar los nervios de Brad Guzán y sus guardaespaldas.
México ha partido este mismo domingo con destino a Rusia de cara a la Copa Confederaciones. Viaja el Tri con un hospital ambulante en el que se incluyen Néstor Araujo, Rafa Márquez, Miguel Layún y Andrés Guardado.
SUSTOS COMPARTIDOS...
Guerra declarada. Desde antes del graznido de Joel Aguilar Chicas. Cuando el orfeón repestre del Azteca se ensaña con el himno estadounidense.
Y enseguida, tras la primera maroma del balón, la conflagración. Carlos Salcedo salta de la UFC a la cancha y le perdonan la roja.
Pero al minuto cinco los alaridos increpando a los estadounidenses dejan paso al resoplido de la amargura. Javier Hernández regresa un balón a los pies educados de Bradley. Éste otea a Guillermo Ochoa adelantado. La pelota traza un puente sobre el arquero mexicano a la desgracia del Tri: 0-1.
México reacciona de inmediato. EEUU saca su formación armadillo, con la esperanza de un latigazo entre Pulisic y Wood. La presión agobia a Brad Guzan, especialmente con el culebrear de Chucky Lozano.
Pero el empate llega sin retoques, sino con vértigo. Wood perdona a México dentro del área, y la pelota llega a Ochoa, quien mete un lanzamiento de tirabuzón estilo Valenzuela al desmarque de Chicharito. Hernández encuentra un paso a desnivel entre las piernas de Acosta y entrega a Carlos Vela.
Después, como en un ballet de Fórmula Uno, Carlos Vela gira, pisa, engancha, amaga, alarga, desborda hacia adentro y una milésima por delante de sus sabuesos, saca el disparo abajo, a la izquierda de Guzan. 1-1, minuto 22.
La garita Yedlin muestra fragilidad, y le encima dos bólidos: Lozano y Gallardo, quien suple a Alanís. Es la ruta de acceso. Pero aunque el cuadro bajo de EEUU sufre, no logra encontrar un balón de generosa comodidad para desestabilizar el marcador.
En ese escenario de abordaje y resistencia, el marcador permanece sereno y entumido, mientras la tribuna acompaña el nerviosismo de ese 1-1.
DESENLACE...
Estados Unidos muestra sus cartas. Con cinismo elige la bendición del empate. Ese 1-1 lo custodia con nueve en su primer tercio de terreno empotrados en la marca y la persecución.
La iniciativa, el espacio y el balón los encuentra México cedidos por su adversario. De esta manera Osorio reacciona. Javier Aquino toma el relevo por Marco Fabián.
Pero la puesta no funciona. Lozano se desvanece, se evapora, mientras Gallardo se confunde al encontrar espacios más reducidos, y Aquino parece desencantarse con las nuevas asignaciones, permitiendo que Estados Unidos se acomode, se tranquilice y hasta empiece a arremeter de nuevo contra México, con dos jugadas preciosistas pero truncas de Pulisic.
La mejor manifestación de México llega al minuto 70. Un disparo desde 30 metros de Héctor Herrera. El balón se estampa en el larguero ante la angustiada y angustiosa marometa de Brad Guzan.
La respuesta inmediata, en la momentánea igualdad de fuerzas, de nuevo Bradley saca un disparo de botepronto, de media distancia, que raspa el poste izquierdo de Ochoa, mientras Osorio reclama los espacios que empieza a dejar el Tri en el traslado estadounidense.
México aplaza de esta manera su clasificación al Mundial con sus 14 puntos, mientras que Estados Unidos se mete en el confort de las ocho unidades en la zona de aspirantes a Rusia 2018.
La hiel es para el de casa, la miel en las maletas de Estados Unidos.