Un Celta de Vigo deprimido por su eliminación europea y en caída libre en la Liga española, donde encadena cinco derrotas, busca un triunfo de prestigio ante el Real Madrid, que se juega en Balaídos llegar a la última jornada dependiendo de sí mismo para conquistar el título liguero.
Al equipo de Zinedine Zidane le basta con puntuar en Vigo e igualar el resultado del Barcelona el próximo domingo para proclamarse campeón. Matemáticamente necesita 4 puntos de 6 para ser campeón. Así, el Real Madrid se juega la vida y el Celta únicamente su orgullo, tras quedarse sin opciones de luchar por los puestos europeos.
No le espera un partido fácil al equipo de Zidane por varios motivos. En el vestuario celeste hay varios jugadores con pasado en el Barça; la plantilla quiere lavar la imagen de sus últimos partidos en Liga; y el celtismo no olvida la presión que el Real Madrid ejerció para que este partido, aplazado el 5 de febrero por culpa de un desprendimiento de una parte de la grada de Rio por el fuerte temporal que azotó Galicia, se jugase en su día.