Ya no saben qué hacer. Comerciantes localizados desde hace años en las inmediaciones del Hospital General Regional 36 San Alejandro del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) la están pasando muy mal, pues tras el desalojo del nosocomio con motivo del sismo del pasado 19 de septiembre, sus ventas cayeron hasta 90% y "ni las moscas" se paran en sus negocios que están a punto de colapsar. El cierre de muchos de ellos, de hecho, es inminente.
Y es que actualmente, con lo poco que venden es prácticamente imposible sostener sus gastos como renta, luz, gas y mantenimiento. Ya ha habido despidos de trabajadores y la situación es muy mala pues dependían al 100 por ciento de la actividad en el hospital. Sus clientes eran los familiares de los pacientes pero al no haber pacientes, los comercios de la zona languidecen en medio de la incertidumbre de sus propietarios.