Google desembarca esta semana en la industria del videojuego, el principal sector del entretenimiento con unos ingresos de 100.000 millones de euros el pasado año, más que la suma del cine y las series, y con un crecimiento del 80% desde 2013. Lo hace en fase de pruebas, pero a lo grande, con Assassin’s Creed Odyssey en streaming, directamente en el navegador y sin necesidad de tener que instalar nada en los dispositivos. La prueba comienza este viernes de forma restringida, gratuita y solo en Estados Unidos, pero es la puerta a los juegos de mayor calidad gráfica sin necesidad de consola y en cualquier lugar.
El programa con el que arranca Google en pruebas es parecido al GeForceNOW de Nvidia, un servicio en la nube que permite el uso de juegos triple A, diseñados para los ordenadores, de forma remota y en la televisión.
Las principales modalidades de videojuegos van desde los gratuitos o de bajo coste, pensados para móviles y tabletas (se financian a través de la publicidad); los indies (independientes, como 7 Days To Die o Minecraft en sus inicios, hasta que lo adquirió Microsoft por 1.900 millones de euros); o los blockbusters, que suponen un relato interactivo de extraordinaria capacidad gráfica y presupuestos superiores al de las películas ( Destiny costó 380 millones de euros).
Google ha apostado por estos últimos, pero en streaming, por lo que da un giro radical al mercado al hacerlos accesibles sin descargas ni vinculados a equipos estáticos de gran capacidad. El desembarco lo ha anunciado la gerente de productos de Google, Catherine Hsiao, quien ha informado que quienes sean elegidos como probadores podrán hacerlo desde este viernes de forma gratuita desde ordenadores convencionales o portátiles a través del Chrome.
“Los medios en streaming [a los que se acceden directamente en línea] han transformado la forma que consumimos música o videos, haciendo más fácil el acceso instantáneo a nuestro contenidos favoritos. Es un proceso técnico muy complejo que ha recorrido un largo camino en los últimos años. Pero la próxima frontera será una demanda muy superior a la del vídeo”, advierte Hsiao.
El proyecto, denominado Stream, supone para Google intentar resolver los mayores retos del juego sin descargas y de mayores necesidades de procesamiento por su enorme peso gráfico y la necesidad de respuesta instantánea a las acciones de los usuarios. Es una de las mayores diferencias en relación con los vídeos, que disfrutan de unos segundos de tregua mientras el buffering carga la película. “En el caso de los juegos de alta calidad, este proceso tiene que reducirse a milisegundos sin degradación gráfica”, explica la directora de Productos.
Si un usuario está interesado en participar, Google ha dispuesto una página de solicitudes en su web. Se necesita una conexión mínima de 25 megabits por segundo, vivir en Estados Unidos y ser mayor de 17 años.
Fuente: https://elpais.com/tecnologia/2018/10/02/actualidad/1538475976_682723.html