El Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos (MNFM) presentó al público la exposición fotográfica Trenes y Estaciones en Puebla, misma que tuvo que ser cerrada después del sismo del pasado 19 de septiembre.
Con esta muestra el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos destacó la importancia e impacto que de este medio de transporte en la vida económica y social de la ciudad.
Es importante destacar que, durante el siglo XIX, Puebla comenzó a experimentar una industrialización importante, con una producción mecanizada de textiles de algodón. Este sector, junto con el de alimentos y bebidas, fue de los más importantes en la industria de la transformación, debido al número de establecimientos instalados en la ciudad, así como a la inversión y valor de la producción, factores que colocaron a la capital poblana como una de las ciudades más importantes del país, por su mayor crecimiento urbano y económico, aspecto que generó la necesidad de establecer un servicio de transporte que fuera capaz de conectar a la industria de la entidad con el resto del país.
Por su importancia económica y política, Puebla, llegó a tener cuatro estaciones ferroviarias, la del Ferrocarril Mexicano, inaugurada por el presidente Benito Juárez el 16 de septiembre de 1869, la del Ferrocarril Mexicano del Sur, abierta al público en 1892 y cuya línea comunicaría a Puebla con la capital de Oaxaca; la del Ferrocarril Interoceánico, abierta en 1897, así como la del Ferrocarril Industrial, inaugurada en 1891 y que se estableció frente a la Iglesia del Señor de los Trabajos.
A la par de los trenes, Puebla vio tender en sus calles a los Ferrocarriles Urbanos, trenes y tranvías se convirtieron en la columna vertebral del desarrollo, además de que alentaron la integración de haciendas y fábricas aledañas con el casco urbano.
Para mediados del siglo XX, la empresa Ferrocarriles Nacionales de México, con el fin de solucionar los graves problemas urbanísticos de la ciudad, decidió construir, en lo que entonces eran las afueras de la ciudad, una nueva terminal ferroviaria, que se ubicó en las calles 9 norte y 80 poniente, que hoy en día sigue en funcionamiento.
La llegada del tren turístico a Puebla reafirma que ésta aún es una ciudad de trenes, en la que temas como el crecimiento, el servicio de transporte y la movilidad son materias de actualidad.
Cuando se hace referencia a la transformación de la ciudad de Puebla durante los dos últimos siglos, los ferrocarriles no pueden quedar fuera, como tampoco sus cuatro estaciones ferroviarias, porque éstas ayudan a comprender el papel que ha desempeñado este medio de transporte en su desarrollo y modernización.
Fuente: NEWSWEEK