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Miércoles, 05 Julio 2017 20:09

Visita el Museo José Luis Cuevas en la CDMX

Por  Staff Puebla On Line

Desde siempre y de manera especial a partir del 8 de julio de 1992 por la calle La Academia, ubicada en el Centro Histórico de la capital mexicana, José Luis Cuevas fue un andarín consumado, producto de su amor por la ciudad que lo vio nacer; hoy esa calle siente la pérdida de un vecino ilustre.

El 8 de julio de 1992 fue inaugurado el Museo José Luis Cuevas con una ceremonia encabezada por el entonces Presidente de México, Carlos Salinas de Gortari. Desde entonces la escultura “La Giganta”, obra de José Luis Cuevas, colocada en el mero centro del recinto, es quien simboliza a ese espacio cultural abierto a todas las ramas del arte.

Las autoridades del recinto dicen que el Centro Histórico es uno de los más hermosos no sólo del país, sino del continente, y cuenta con tres etapas: El México Precolombino, el México de la Colonia con su arte religioso, y el México de hoy. Y uno de los conventos más sublimes es el de Santa Inés, a un costado de la Catedral. Ahora está ahí el museo.

Este convento data de finales del siglo XVI y fue construido por el arquitecto Alonso Martínez López y en el altar están los restos del pintor Miguel Cabrera. Albergaba a 33 religiosas, una por cada año de vida de Cristo en la Tierra, y años más tarde colocaron un taller de herrería en el terreno adyacente, afectando la tranquilidad de las reverendas.

Agotados los fondos de las religiosas, recurrieron a la rifa de billetes de la Real Lotería para financiar la compostura del convento, afectada por el mismo taller de herrería que al mismo tiempo era cerrajería. El arquitecto Manuel Tolsá hizo las reparaciones; en 1932 se declaró monumento histórico y en 1967 se vendió a particulares para hacerlo vecindad.

En un texto escrito por Beatriz del Carmen Bazán, hoy viuda de Cuevas, mismo que está al alcance de quien se interese en este museo, a mediados de 1970 José Luis Cuevas había reunido una gran colección de obras de artistas latinoamericanos, con el deseo de crear un museo que llevara su nombre y albergara parte de su propia trabajo.

Durante algún tiempo esta obra, que constantemente aumentaba, estuvo bajo resguardo en las bodegas del Museo Carrillo Gil. El museógrafo Fernando Gamboa, gran amigo de Cuevas, insistía que el museo debería estar dedicado a la obra de Cuevas. Los dos se dieron a la tarea de recorrer el centro de la ciudad en busca del lugar apropiado para eso.

En algún momento pensaron en un viejo edificio donde Venegas Arroyo estableció una imprenta en la que trabajó durante muchos años con José Guadalupe Posada. Desde el punto de vista histórico la idea parecía buena, pero el lugar donde Posada realizó la mayoría de sus grabados en madera era demasiado pequeño para la colección. Así que desistieron.

Por haber nacido en el Centro de la Ciudad, José Luis Cuevas insistía en encontrar un inmueble que estuviera en un lugar próximo al barrio donde transcurrieron sus primeros años de vida. Gamboa, con esa visión del futuro que le caracterizaba, no estaba de acuerdo en que el museo estuviera en el Centro, porque ya empezaba a ser invadido por el ambulantaje.

Después del largo peregrinaje de Cuevas y Gamboa, al que también asistían intelectuales de la talla de Octavio Paz, Fernando Benítez y Salvador Vázquez Araujo, quien era el encargado de encontrar el inmueble, finalmente se encontró un viejo edificio en ruinas, muy cerca de la Academia de San Carlos. Cuevas pensó que ese sería el lugar adecuado.

Sin embargo, requería de un enorme trabajo de restauración. Dos Presidentes de México aceptaron la creación del museo, ellos fueron Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, con quienes Cuevas tenía amistad. Aceptado el proyecto, se tenía que reubicar a quienes habitaban en esas vecindades miserables y en un descuidado depósito de telas.

A pesar de estos inconvenientes Cuevas y Vázquez Araujo insistieron que ese sería un lugar adecuado, aunque requeriría un trabajo titánico para convertir al andrajoso edificio en un museo del siglo XX. Desde joven, Cuevas caminaba por las calles de La Academia con curiosidad sobre todo lo que fuera aledaño a las más antigua escuela de arte que tuvo México.

Terminada la restauración, el Museo José Luis Cuevas se inauguró el 8 de julio de 1992, en cuyo centro del patio Cuevas había realizado la escultura en bronce de ocho metros de alto y ocho toneladas de peso, “La Giganta” o “El Gigante”, Cuevas, se inspiró en dos poemas: “La giganta”, del poeta francés Charles Baudelaire (1821-1867) y “La giganta”, del mexicano Salvador Díaz Mirón (1853-1928). Hoy, esa escultura llora a su creador.

DOMICILIO

Academia Centro Histórico. 1 , Col. Centro (Área 2), Cuauhtémoc, C.P. 6010, México, Ciudad de México

HORARIOS

De martes a sábado, 10:00 - 18:00 hrs.

PRECIOS

DESCUENTOS

50 % maestros y estudiantes con credencial. Entrada libre a afiliados al INSEN con credencial. Domingos entrada libre al público en general.

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