El ritmo de vida frenético que llevan las personas hoy en día tiene muchos efectos negativos para la salud. Desde no descansar por las noches aunque pasemos 10 horas en la cama, hasta la aparición de problemas cutáneos.

Y luego pueden presentarse otros síntomas relacionados con la actividad sexual, que sigue siendo un poco tabú para muchos hombres y que al no sentirse cómodos para hablar de ello (y así poder solucionarlo), termina añadiendo más estrés a su día a día.

La eyaculación precoz es más habitual de lo que muchos creen. Y aunque la ansiedad, el estrés u otros aspectos psicológicos no sean la única causa, sí que suelen estar entre las más comunes. Es por ello que el Dr Nick Knight, desde su consultorio para GQ UK, aconseja varios tipos de terapias o técnicas para tratar este tema sea cual sea el orígen del problema.

Una de las propuestas es acudir a un consejero psicosexual. Para algunos esta solución puede ser la última de su lista, pero no por ello es menos importante. Hablar puede ahorrar pasar por un catálogo casi interminable de ejercicios, posiciones o medicamentos innecesarios.

*Ejercicios de comportamiento

Porque hay muchas formas ( y muy variadas) de solucionar este problema. Por ejemplo, la técnica conductual, que se centra en actuar antes y durante la actividad sexual. Entre las recomendaciones se encuentra desde la masturbación una o dos horas antes de acostarse con la pareja, pasando por el cambio de posición (que tu pareja esté encima ayuda a retrasar el clímax), cambiar el ritmo o incluso romperlo completamente parando y volviendo a los preliminares.

*Medicación

Existe también la posibilidad de recurrir a terapias médicas. Aplicar cremas anestésicas para reducir la sensibilidad o utilizar preservativos que contienen ya este tipo de productos es otra opción. Hay incluso pastillas como la diapoxetina, que se utilizan para tratar la eyaculación precoz. Aunque por supuesto para recurrir a esto lo mejor es acudir primero a un especialista y ver qué tratamiento es mejor.

*Ejercicios fisiológicos

Y si no quieres arriesgarte con cremas o pastillas, también puedes poner en práctica la técnica fisiológica. Uno de los ejercicios más fáciles y típicos es el Kegel, para fortalecer el suelo pélvico. Trabajar los músculos de la zona y tener control sobre ellos ayuda a retrasar el orgasmo. El ejercicio se basa en contraer y relajar durante unos segundos los músculos del suelo pélvico, y se puede hacer sentado o incluso caminando.

Otra opción es la de tomar y soltar aire profundamente mientras practicas sexo para así relajarte y retrasar el orgasmo. Y si ves que eso no funciona, el Dr Knight también propone parar, apretar el glande y esperar a que las ganas de llegar al clímax pase.

No obstante, lo más importante es no agobiarse (aunque pueda resultar difícil) y hablar con la pareja antes que nada para saber si tiene la sensación de que hay algo que va mal o si cree que existe la necesidad de cambiar algo. Y si es así, puedes recurrir a todas estas técnicas hasta dar con la que mejor funcione.

Fuente: GQ