No hace falta que seas un experto en todo, pero un buen café es otro producto diferente a un café malo (al igual que ocurre con jamón ibérico y el serrano). A veces, el error no es solamente la calidad sino cómo lo preparas.

Según los entendidos de esta bebida, estos errores son muy comunes, pero garrafales. Puedes estar estropeando una bebida maravillosa por mala praxis. Tranquilo, resolver el fallo es muy sencillo:

1. Hierves el agua con el filtro puesto: así conseguirás que el café pierda humedad y aroma. Ponlo cuando el agua ya esté en ebullición.

2. No dejas la tapa abierta: pero solo nos referimos a la cafetera (guiño, guiño). Si la cierras, condicionas el sabor del café. Aunque pienses que aumentas su intensidad.

3. No haces aguachirri: que no es sinónimo de mal café, simplemente de café filtrado. Esto ocurre cuando rebajas la intensidad del grano con agua, es incluso recomendable para gente con problemas digestivos porque es menos fuerte.

4. No tienes molinillo de café: un buen café depende de los utensilios que empleemos, y el molinillo es uno de ellos.

5. No lo tomas con la temperatura adecuada: ni frío ni ardiendo, exactamente la ideal oscila entre los 50 y 60 grados.

6. Nada de edulcorante, ni leches: se toma solo y aquí no hay nada más que decir.

7. No buscas el mejor: la calidad es importante. Hay brebajes que por mucho que los trabajes y sigas las recomendaciones, no sirven para nada.

8. No te fíes de todas las cápsulas: porque no todas valen ni son de buena calidad, incluso algunas dejan residuos de plástico o aluminio nada saludables.

Di la verdad, ¿en cuáles estabas fallando?

Fuente: esquire